Para comprender el presente, hay que conocer y aceptar el pasado. Quien no mira atrás difícilmente aceptará el presente y no podrá construir su futuro.
Mi Ensenada si me fuese posible preguntar a quienes te conocieron primero, los Cochimies ¨hombres del norte¨, Juan Rodríguez Cabrillo Sebastián Vizcaíno. Les preguntaríamos ¿Cómo eras cuando te vieron?.
Imagínate, que en un paraje así de rico, surcado por un gran arroyo enmarcabas tu presencia con tu precisa bahía. En tus primeros albores fuiste visitada por diferentes pobladores nativos y extranjeros.
Si te habitaron pocas señales dejaron. Emigrarían tal vez, porque todavía eras una niña triste y desaliñada que empezaba a despertar. Fuiste siempre visitada por sedientos visitantes que tu bahía surcaron en grandes galeones tripulados por hombres barbados, arrogantes españoles que de ti bien se prendaron.
Eras muy joven aun niña por lo cual te abandonaron. Al devenir de los años empezaron acortejarte grupos de aventureros, variados que enamorados de ti se quedaron y formaron sus familias y fuiste madre de tus jóvenes hijos que aquí nacieron te fueron dando brillo y esplendor comenzaste a crecer y de aquella niña triste y desaliñada que al principio eras, te convertiste en una joven bella y asediada.
De todos los confines, te llegaron amantes. Tu fama de joven bella se esparcía. Y seguías creciendo, a la par de tus hijos. Te hiciste madre amorosa, que cobijas en tu seno variados idiomas y distintos acentos.
Tienes muchos hijos, los tienes españoles, japoneses, italianos, libaneses, franceses, sonorenses, mexicas, jarochos, michoacanos, etc. Tienes de todo y todos somos tus hijos.
Ahora señora, querida Ensenada, ya eres una dama. Lujosos navíos surcan tu puerto, personas famosas se fijan en ti. Eres visitada por grandes industriales, príncipes, presidentes y te proponen grandes programas muchos de los cuales te han mutilado, y no se cumplen y te han envejecido.
De tu hermosa bahía queda la mitad, la avaricia de posesión a privado a tus hijos de tus playas, te mutilan tu fauna y flora con carreras sin control, se pelean por el cambio de nombre de tus calles, para cambiar, tú historia, tu patrimonio cultural día con día se pierde por el desconocimiento de tus gobernantes, se cubre tu cara que refleja el mar con edificios, como si nos avergonzáramos de ti, se pelean un museo de off road para honrar la historia de los extranjeros destructores de tu entorno, y se olvidan de un museo de la fama dedicado a tus hijos.
Día con día tus hijos son olvidados , tu archivo donde esta todos tus recuerdos y vivencias está a punto de desaparecer, día con día tu vida se acaba en medio de banquetas destrozadas, calles intransitables, basura, pobres casi en situación de calle, sin recursos y queriendo repartir tus tierras, falta de autoridad. Y como madre amorosa nos suplicas que no te acabemos, pero no te escuchamos.