Para comprender el presente, hay que conocer y aceptar el pasado. Quien no mira atrás difícilmente aceptara el presente y no podrá construir su futuro.
En 1900 muchas bodegas, almacenes de textiles, residencias, almacenes de madera y pintura eran pasto de las llamas y difícilmente eran era sofocados los incendios perdiendo todo su patrimonio los propietarios incluyendo el fallecimiento de los habitantes de estos lugares.
El jueves 24 de julio de 1902, con resultados verdaderamente notables se efectuaron simulacros utilizando las famosas granadas inventadas por Mr. Harden.
Los preparativos y las pruebas estuvieron a cargo de los señores Pascal y Jacqueminot, agentes en la República Mexicana de las maravillosas granadas para combatir incendios terriblemente devastadores por la peligrosidad de los elementos inflamables almacenados en lugares cerrados.
La Secretaria de Guerra nombro a los señores Coronel Gustavo Maffs, de la Maestranza Nacional de Artillería y a los Tenientes Coroneles Rafael Dávila y Luis Gil de los cuarteles de Artillería a que concurrieran a las pruebas que los agentes iban a practicar y presentaran después un informe acerca de los resultados obtenidos.
La misma Secretaria de Guerra designó a los concesionarios para que efectuaran las pruebas en la Casamata (Almacenes generales de artillería), y allí en uno de los patios interiores sin abrigo de ningún género contra el aire, que es muy fuerte en las lomas en que los almacenes están situados.
Se colocó un cuarto de madera cuyo tamaño era de tres metros de alto por dos y medio de ancho y seis de largo; la entrada quedó para el lado donde soplaba el viento con mayor rapidez.
A las tres de la tarde en presencia de la Comisión Militar que no perdió ningún detalle, los agentes hicieron un baño de alquitrán, petróleo y aguarrás a la parte interior del cuarto lleno de ropa y maderas viejas en el lugar que se iba desarrollar el fuego se agregaron ramas y hojas secas.
El fuego comenzó a producirse en presencia, no solo los militares de la Comisión, sino también de algunos otros que residen en los almacenes y de algunas otras personas que habían acudido a presenciar la interesante experiencia.
Las granadas consisten en botellitas de cristal azul, muy delgado para que puedan romperse fácilmente al chocar contra algún objeto, y despedir los gases que encierran conteniendo, el avance del incendio apagándolo inmediatamente sofocando las llamas.