Está a plena vista. A un costado de la entrada de las oficinas administrativas del Riviera. Enmarca una de las tantas chimeneas del majestuoso palacio cultural, icono de Ensenada. Para la gran mayoría de miles de visitantes que pasan a escasos pasos, este mural pasa simplemente desapercibido. Si se observa de cerca se percibe, más que el arte, el descuido y la desatención. Se impone la ignorancia. Se ignora, como digo el valor artístico y el legado tangible de su autor. No ha sido motivo de los estudiosos. Se notan esfuerzos increíblemente absurdos en su torpe conservación. Al parecer fue cubierto de algún tipo de barniz para “lustrar” lo, tal fueran zapatos de cuero viejo. Gentes torpes e inconscientes le dejan marcadas sus uñas en su superficie, quizás para probar que está pintado sobre yeso. Este mural, cuya historia y la de su autor no se mencionan en los recorridos turísticos ni se menciona como otra de las joyas ocultas a plena vista que tenemos la fortuna de tener los Ensenadenses.
Hoy, amable lector, quiero convidarte a que me acompañes al referirles un breve bosquejo sobre el talentoso autor, pintor, caricaturista, ilustrador, actor cinematográfico, representante de artistas, entre una multitud de ocupaciones, hablamos de el michoacano Matías Santoyo Peña Quien nace en 1905 y muere en 1975.
Por un tiempo estudio medicina. En 1925 hace una de sus primeros trazos de caricaturas en una fonda-galería, de un hermano de José Clemente Orozco, “Los Monotes”. Al año siguiente incursiona en los Estados Unidos donde al lado del ceri-escultor Luis Hidalgo exponen en la galería Arden, sus trabajos los firma como “Santo-YO” Sus trabajos eran principalmente de caricaturas de celebridades norteamericanas en diversos medios impresos.
En 1927 de regreso a México, ya como un artista reconocido y con cierta fama internacional, conoce y sostiene un intenso romance con la pintora y poeta María del Carmen Mondragón Valseca, quien fuera quizás la más tormentosa, sensual, pasional, rebelde e indescriptible personaje del mundillo artístico de México en esos años. Ella venia de recién haber terminado una relación de 5 años con Gerardo Murillo “Dr., Atl” quien fuera el que le dio su famoso seudónimo de “Nahui Ollin”.
Santoyo y Ollin viajan a Hollywood a buscar oportunidades en el cine norteamericano. No aceptando ninguna propuesta, sin embargo llevando una vida social muy activa con la crema y nata de ese mundo artístico.
En 1930 realizo unos murales “frescos” en la suntuosa residencia del licenciado Faustino estrada en Cuernavaca. Realiza un mural en el Hotel Regis, de la Ciudad de México.
Durante los años 30s su presencia se documenta en la películas “Zitari” y “Profanación” actuo como censor en la renombrada película “Villa Villa”. Se encarga de elaborar la escenografía para la película “Juan Soldado” (rodada en Tijuana en 1938) Es en este periodo en que hace dos significantes murales, uno en el vestíbulo del famoso Hotel Rosarito Beach y el segundo, aquí, en nuestro Hotel Playa Ensenada.
Su firma claramente visible en el mural que nos ocupa nos hace pensar que no es un trabajo desconocido. Sin embargo pienso que aquellos que han tenido la oportunidad de reconocer o saber del pasado del autor no han hecho esfuerzo alguno para darnos a los Ensenadenses un legado de educación y enseñarnos y darnos a conocer un motivo, otro más, de orgullo al sabernos posesionarios de valores artísticos, que al fin y al cabo nosotros somos los dueños y posesionarios indiscutibles de estos tesoros.