Francisco Vega de la Madrid, gobernador de Baja California, habló mucho y de casi todo. Vino y se sinceró ante periodistas de Ensenada de sus desvelos, de sus preocupaciones, de sus aciertos y también de sus errores.
En una kilométrica reunión, quizá compensando las que nunca en su desempeño había sostenido con comunicadores locales, el mandatario estatal escuchó y escuchó; habló, habló y habló. Y hasta se dio tiempo de bromear en un enlace en vivo.
“Kiko” Vega dijo que antes de que concluya su gobierno el déficit de agua que enfrenta Ensenada y que en varias ocasiones le quitó el sueño, quedará resuelto. La planta desalinadora que se construye al Sur de l ciudad, anunció, elevará su capacidad de producción hasta los 500 litros de agua por segundo, en lugar de los 270 litros considerados.
Aseguró que para la próxima temporada veraniega los ensenadenses no sufrirán la escasez del vital líquido. A ver si es cierto.
Evidentemente motivado, el mandatario dijo que los proyectos relacionados con un aeropuerto civil y el tren Tecate-Ensenada, avanzan de acuerdo a lo proyectado. Del tren, explicó, ya se compraron los predios que aseguran cuando menos el 50 por ciento del trazo por donde se tirará la vía.
Cuestionado sobre el conflicto que sobre límites territoriales enfrentan los municipios de Rosarito y Ensenada, manifestó que está a favor de lo que decidan los residentes de las comunidades asentadas en la zona en disputa.
Esto es, que los habitantes de Santa Anita decidan a que municipio quieren pertenecer.
Francisco Vega de la Madrid, quien se hizo acompañar solamente del director de Comunicación Social, Raúl Reynoso, y del secretario de Desarrollo Económico, Carlos Bonfante, insistió en que su gobierno tiene reversa.
Y tan tiene reversa que dio marcha atrás al programa de reemplacamiento y a la llamada “Ley del agua”.
Dijo que las manifestaciones de inconformidad ocurridas hace semanas en todas las ciudades del estado y en donde incluso participaron integrantes de su familia, es una muestra de que la sociedad ya no aguanta más.
“La liga se estiró demasiado y terminó por romperse”, comentó el jefe del ejecutivo al referirse al hartazgo ciudadano plasmado en marchas publicas con asistencias nunca antes vistas.
Lo que viene, aseguró, es un proceso para reconstruir esa liga de acercamiento con la sociedad; una etapa de reconciliación en donde todo los sectores deben participar.
Vega de la Madrid aceptó que su gobierno enfrentó una crisis en materia de comunicación social. Las acciones de su gobierno no se promocionaron con la eficacia y la formalidad necesarias, abundó. Incluso en su partido, Acción Nacional se lo hicieron saber.
El acercamiento del gobernador con periodistas y directivos de medios de comunicación de Ensenada, se dijo, constituye el primer paso para recomponer el rumbo en la política de comunicación social de la administración estatal.
De su relación con el alcalde ensenadense, Marco Novelo, el mandatario dijo que los une una amistad que si no añeja, sí muy fuerte. De unos años a la fecha las familias de ambos, la de Kiko Vega y Novelo Osuna, han fortalecido sus vínculos.
Y ante los aceptados vínculos afectivos entre gobernador y munícipe, no faltó el reportero que le pidió al primero le eche la mano al segundo con la utilización aquí del llamado “dragón”, esa maquinaria que se emplea para la reparación de vialidades asfaltadas.
Un desparpajado Kiko Vega no dudó en afirmar que el “dragón” viene en los próximos días a Ensenada.
La reunión entre el ejecutivo estatal y los comunicadores ensenadenses se prolongó por espacio de tres horas. Escuchó, escuchó y escuchó. Pero también habló, habló y habló.
Habló mucho y de casi todo.
Habló tanto que si una parte de lo mucho que habló se convierte en realidad, sin duda que será ganancia.