Desde el 2013, gracias a una iniciativa del Reino de Bután, la Asamblea General de las Naciones Unidas decide proclamar el 20 de marzo Día Internacional de la Felicidad, reconociendo de esta manera la relevancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de los seres humanos y la importancia de su inclusión en las políticas de los gobernantes.
De hecho, nuestro maravilloso cuerpo es capaz de producir una serie de hormonas relacionadas con la felicidad, o sea, un estado de placer y motivación. Según los estudios más reconocidos se han documentado tres de ellas: Dopamina, Serotonina y Endorfina. Existen muchas formas de producir estas hormonas y una forma de lograr esta satisfacción de manera temporal es a través de una experiencia placentera: paseos, masajes, actividad sexual, escuchar música, bailar etc., sin embargo, una forma de alcanzar este bienestar de manera más estable sería comer sanamente, y específicamente incluir en nuestra dieta los alimentos que recomiendan los expertos:
Zanahoria: nivela la biotina, su carencia nos genera agotamiento.
Garbanzo: tiene Triptófano que ayuda al cuerpo en la producción de la Serotonina.
Pescado: ayuda al cuerpo a nivelar el Selenio, la falta de él, nos produce depresión y ansiedad.
Semilla de sésamo: provoca la producción tanto de Serotonina como de Endorfinas, o sea es un anti-depresivo natural.
Piña: rica en vitaminas y minerales, favorece la producción de Serotonina, fuente de bienestar físico.
Cerezas: contienen Anthocyanin, una especie de estimulante de la naturaleza.
En una reflexión sobre la felicidad, Benjamin Franklin, estadista y científico estadounidense dijo: “La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.” Así que amables lectores, los invito a que sean felices, pero no solo hoy sino todos los días.