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El género según los millenials

En serio… hablemos de continuos y no binarios

  
Nota publicada el 22 de marzo de 2017
por Rocío Linares

“Más allá de «él» o «ella»: Como una generación está redefiniendo el significado del género” es la historia que lleva en su portada el más reciente número de la revista TIME, cuyos datos están verificados con GLAAD (Gay & Lesbian Alliance Against Defamation, Alianza contra la Difamacion de Gays y Lesbianas en español), y causa revuelo justo porque nos lleva al rompimiento muy rápido que está teniendo la generación millenial con el concepto binario de género que solo tenía cabida para “femenino” y “masculino”, dando oportunidad a que otras expresiones del mismo sean llevadas a cabo cada vez por un mayor número de personas, cuestionando así una serie de convencionalismos en cuanto a la sexualidad, las expresiones, identidades y la orientación sexo-genérica, al menos en la cultura americana y teniendo un eco importante en otros lugares del mundo. Destaca que actualmente estos adolescentes y personas que están en su segunda década de vida están rechazando aquello que les dijeron que debían ser en su identidad, tal como generaciones anteriores lo hicimos de otras formas.

En una encuesta reciente de GLAAD conducida por Harris Poll, la apertura mental de estas personas se puede ver reflejada en números: 20% de los millenials dicen no ser estrictamente cisgénero o heterosexuales, en comparación con el 7% de los baby boomers, la actual generación de personas nacidas posteriormente a la segunda guerra mundial, entre 1945 y 1965, época en la que desde luego los temas sexuales eran poco hablados y apenas comenzaban a estudiarse, especialmente los de comportamiento sexual atípico o socialmente inesperado.

Tomemos en cuenta que el género como tema de investigación comenzó su auge y diferenciación del sexo biológico en la ciencia algo después y era complicado pensar en estos términos de forma separada, por tanto estas inquietudes eran mucho más complicadas de observar y sentir claramente. Por ello la mayoría de las “soluciones” se daban con intentos médicos de supresión no funcionaron, dado que se trata de una cuestión de identificación psicosocial y no biomédica.

La revista TIME entrevistó a docenas de personas en los Estados Unidos sobre sus actitudes hacia la sexualidad y el género. Muchos dijeron que veían estas características de forma no binaria, sino como un espectro en el que caben muchas, si no infinitas, posibilidades de identificación. Muchas de las personas entrevistadas se identificaban como heterosexuales, pero también había homosexuales, lesbianas, genderqueer, de género fluido, asexuales, no conformes con el género, queer y otras.

Esta variedad creciente de identidades se está reflejando en diferentes formas de cultura. Por ejemplo, Facebook actualmente cuenta con 60 opciones de identidad de género en su portal americano, y cuando las personas jóvenes son cuestionadas al respecto mencionan que es un buen número o, cuando están más informadas, que son pocas opciones.

En la encuesta también se vio reflejado que las personas jóvenes que no entienden a la perfección estas variantes de la expresión de género, tienden a ser más aceptantes ante lo que puedan encontrar al respecto entre sus pares.

Desde luego aun hay mucho trabajo que hacer, pues a pesar de los muchos avances, la comunidad diversa sigue estando en riesgo de sufrir ataques en sus escuelas o a intentar suicidarse. Aun hay muchos que sufren rechazo por parte de sus familias y sus pares que cuestionan si sus sentimientos acerca del género o la sexualidad son reales.

Muchos expertos aseguran que el lenguaje binario de género es más limitado que la experiencia humana y que el esfuerzo por encontrarlas es importante para que las personas puedan guiarse en su autodescubrimiento, y así puedan saber si son binarias o corresponden a otra categoría.

Profesionalmente puedo decir que las categorías son importantes, pero tal como estos jóvenes dicen, son infinitas y cualquier esfuerzo por poner una etiqueta a cada una será insuficiente por fuerza. El poder nombrar algo nos ayuda a comenzar a entender, no a creer que entendemos por completo y generalmente tendemos a hacer lo último. Lo ideal es que aunque sepamos que hay “genderqueer, genderfluid, no conforme con el género, agénero, bigénero, etc.”, sepamos que hay muchas maneras de vivir cada una de las características que describen estos nombres, de la misma manera que no hay una sola forma de ser hombre o mujer, de ser heterosexual, de ser cisgénero o transgénero. La experiencia humana siempre será más vasta que cualquier intento de descripción.

Rocío Linares. Licenciada en Psicología UABC. Maestra en Sexología Educativa, Sensibilización y Manejo de Grupos IMESEX. rociolj84@gmail.com
 
 

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