En alguna ocasión hemos hablado acerca de los diferentes orígenes de las disfunciones sexuales tanto en hombres como en mujeres y hemos descrito algunas de las que existen o coexisten en las parejas.
Recordando, las disfunciones sexuales son aquellas alteraciones en la respuesta sexual humana que pueden detener o limitar la actividad coital de forma recurrente, enturbiando la autoestima, la relación de pareja si existe, o en su caso una historia de ellas, así como otras partes de la vida.
Pueden presentarse en forma de apatía o disritmia sexual, disfunción eréctil, eyaculación precoz, eyaculación retardada, hipolubricación vaginal, anorgasmia femenina o masculina, vaginismo y/o dispareunia. Como comentaba anteriormente, pueden acompañarse entre ellas, es decir por ejemplo, que la disfunción eréctil puede coexistir con la apatía sexual de la compañera o compañero sexual, sea como causa o consecuencia de la antes mencionada.
Cada una de estas puede presentarse por diferentes razones que aunque pueden ser médicas, en su mayoría tienen que ver con una serie de factores de orden psicológico, social, educativo, económico, etc., en el que caben muchas circunstancias que pueden alterar tanto la dinámica de la relación de pareja como de las expresiones sexuales, la intimidad, la plenitud, etc.
Entre los muchos factores se encuentra el machismo del que nuestra cultura está más que impregnada y que de vez en cuando pensamos que solamente llena de privilegios a los hombres y de obligaciones y discriminación a las mujeres cuando de hecho nos afecta en igual medida aunque desde diferentes frentes.
Recientemente en el Departamento de Investigación de una prestigiada universidad brasileña se llevó a cabo un estudio en el que se comprobó que la prevalencia de pensamientos machistas es un factor que se correlaciona positivamente con la existencia de las disfunciones sexuales masculinas.
Aunque esto ya era un supuesto muy aceptado a nivel terapéutico tras muchos años y diferentes especialistas a nivel mundial comprobándolo en el consultorio, el estudio se trató de medir estas variables en personas que no necesariamente asisten a terapia, lo cual nos lleva a un saber más especifico y amplio sobre las cosas que ahora con más razón tendrían que pasar a nivel social, educativo, familiar, psicológico y demás, para la prevención de las disfunciones sexuales en general.
Aunque el estudio trabajó solo con hombres e ideas tales como “el hombre es el responsable del placer de la mujer”, “el hombre debe estar siempre dispuesto”, y otras parecidas, se sabe que el machismo también afecta la respuesta sexual de las mujeres desde otras ideas tales como “la mujer está para satisfacer al hombre cuando él quiere”, “la mujer debe preservar su virginidad”, entre otras.