Cuando hablamos de sexualidad, pareciera en ciertos contextos que estamos tratando con un tema nuevo que ha de manejarse con extrema cautela y delicadeza, buscando siempre una barrera protectora que nos “ayude” a no “dañar” los pareceres e intenciones de quienes escuchan o la reputación de quienes hablan. Sin embargo, cuando conversamos o deseamos algo alrededor de la sexualidad, estamos hablando de un tema que se ha venido abordando durante toda la historia de la humanidad de acuerdo a sus entendimientos y necesidades como ya lo hemos visto en algunas notas que hablan sobre datos y personajes históricos.
Todas las mitologías del mundo son una explicación casi nunca literal y casi siempre simbólica y metafórica de lo que sucede o se busca que pase con los miembros de una sociedad dada.
En el caso de la suma de culturas de nuestro país, tenemos por ejemplo que en la mitología mexica Xochiquétzal (traducido literalmente como “Flor Hermosa”) es la diosa de la belleza, las flores, el amor, el placer amoroso, la fertilidad y las artes.
Imaginemos por ejemplo el significado que tiene el hecho de que de la diosa del amor y la fertilidad nació Centéotl, el dios del maíz y patrono de la bebida ritual con identidad femenina y masculina. Podríamos pensar que es una alegoría a que sin la fertilidad (de la tierra o de la mente) no hay alimento (para el cuerpo o para el alma). Además, la misma Xochiquétzal nació directo de los cabellos de la diosa madre, lo cual podría interpretarse como el hecho de que una de las bases de la vida es justo aquello que ella representa, la sexualidad.
Entre otras cosas, solía invocarse a Xochiquétzal para obtener belleza, sensualidad, lograr el parto, la buena cosecha, la danza, la libertad y placer sexual, para hablar de amor y para conseguir matrimonios estables.
En los mitos de la creación se menciona que fue pareja de Tláloc (dios de la lluvia), Ixotecuhtli (dios de la libertad) y de Tezcatlipoca (el señor del cielo y de la tierra, fuente de vida, origen del poder), entre otros.
Otro dato curioso es que se trata de una diosa dual, tanto lunar como solar (femenina y masculina a la vez). Con todo y esta dualidad, Xochiquetzal es representada como la joven hermosa y alegre que da placer sexual y hace caer a los hombres castos en tentación.
Ella da imagen a la feminidad joven (la madura está representada por Tonantzin) y a los encuentros juveniles, espontáneos y libres que no eran sancionados entre los varones. Se le consideraba también protectora de las prostitutas y patrona de los quehaceres domésticos.
Si posteriormente revisamos a otras culturas, nos daremos cuenta de que la representación de las relaciones eróticas y sexuales tienen un lugar muy importante en ellas por ser uno de los pilares de la organización social, por tanto un tema ineludible sobre todo cuando hay situaciones problemáticas al respecto.