No. Ni tampoco cambiando al titular de la Dirección de Seguridad Pública Municipal.

Aquí el asunto es mucho más complicado que pedir la comparecencia del jefe en turno de la policía preventiva para que les exponga una película que ya conocen. Una película muy vista. Una película con mucho tiempo colgada en la cartelera regional.

Se supone que cualquiera que ocupe un encargo público de ese tamaño, debe estar enterado que la ola de atentados violentos que ocurren en el otrora tranquilo municipio de Ensenada es la consecuencia de un deterioro social que taladra y carcome todos los estratos, todos los sectores.

Un deterioro social que por igual se presenta en otras partes del país y que se traduce en hechos violentos que evidencian la fragilidad de las autoridades y el estado de psicosis en que se encuentra la población.

Para el caso de Ensenada es obvio decir que el manto de la impunidad nos alcanzó.

Que lo que tanto se temía y se contemplaba a la distancia, como es el actuar de la delincuencia organizada en su lucha encarnizada por controlar espacios y mercados, ya se refleja en acontecimientos violentos dentro y fuera de los espacios urbanos; a cualquier hora y en cualquier entorno.

En repetidas ocasiones las autoridades han insistido en que la mayoría de las muertes violentas que se han registrado en este municipio, tienen que ver con la disputa entre grupos antagónicos dentro de la delincuencia organizada.

Pues sí. Posiblemente eso sea el motivo de que el número de homicidios dolosos haya tocado índices nunca antes vistos en este municipio.

Posiblemente sí.

Pero tales argumentos no sirven en lo absoluto para regresarle a la población la tranquilidad y la confianza perdida; para apaciguar el miedo y la incertidumbre en que los ensenadenses se han sumergido.

Lo que se ocupa, por lo pronto, es de una estrategia gubernamental que sofoque los fuegos activos que tiene la delincuencia organizada en el municipio de Ensenada.

Estrategia que se traduzca en el cierre de espacios para la delincuencia organizada, la captura de sus participantes y la disminución como consecuencia lógica de los hechos violentos.

Y digo que se trataría de una estrategia gubernamental con carácter de “por lo pronto”, ya que lo evidentemente necesario es plan integrar de seguridad que vaya a la raíz de este cáncer social que de no detenerse obligará un pago de facturas mucho más complicado y dramático.

Un plan integral, pues, en donde se involucre toda la sociedad. Toda.

Dejar al gobierno solo en esta tarea no es presagio de nada bueno.

De ahí entonces que resulte muy poco productiva la convocatoria para que el titular de la DSPM informe a diputados y regidores, de la estrategia preventiva que atiende la corporación.

Revelaciones últimas

En los meses recientes la contratación de sistemas de alarma en negocios y residencias de ha disparado de manera radical en este municipio, de acuerdo a proveedores locales. Explicaron que el servicio que más se solicita es la colocación de sistemas de alarma y circuitos cerrados de vigilancia.

Señalaron que lo “accesible” de los sistemas de alarma, los que van desde los 300 dólares lo mas económicos, se convierte en una inversión prioritaria para quienes buscar proteger sus bienes e integridad.

Empresarios sostienen que es el robo a negocios y casas-habitación lo que más preocupa a los ensenadenses, tomando en cuenta que estos delitos se han incrementado en los meses recientes.