Desde el comienzo de la historia de la humanidad los alimentos deshidratados nos han acompañado para saciar el hambre y el gusto: frutos secos, granos, semillas, especias, pescado, cerdo, cordero, vacas y hasta venado aparecen en este listado y los objetivos de utilizar esta práctica eran principalmente la conservación y la facilidad para transportarlos. La técnica de deshidratación consiste en eliminar la mayor cantidad posible de agua bajo condiciones controladas en cuanto a temperatura, humedad y circulación del aire. Los alimentos frescos se descomponen principalmente por sus contenidos de enzimas, levaduras y bacterias, sobre todo al exponerse a una temperatura elevada.
Obviamente, para esta técnica de deshidratación utilizaban únicamente el sol, sin embargo actualmente la mayoría de las industrias existentes utilizan la electricidad o el gas para lograr este fin, y tristemente ninguna de las dos son energías renovables.
Afortunadamente, los hermanos Roberto y Omar Alcaraz, con el apoyo de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México crearon Labizet, una micro-empresa que deshidrata calabacita, cebollín, betabel, champiñón, tomate bola, manzana, nopal, papaya, pera, seta, tomatillo, zanahoria, etc., esto surgió como una idea para que los campesinos no perdieran sus cosechas por falta de mercado o por exceso de producción. Esta empresa mexicana está obteniendo buenos resultados, y lo destacable es que están volviendo al origen de esta técnica aprovechando la energía solar. Para conocer más de Labizet visita:
https://www.facebook.com/labizet