El Patronato del Centro Histórico Turístico Cultural de Ensenada colaborando con el Centro de Nanociencias y Nanotecnología de la UNAM organizador de la semana del conocimiento del 27 de agosto al 2 de septiembre de 2017 ofreció este domingo el recorrido cultural caminata por el Centro Histórico.

Los Arquitectos Cynthia Castillo y Julio Salinas les explicaron a los invitados como era el Centro, y porque debemos conservarlo, conocerlo y divulgar su historia, esto nos ayudara a ser mejores ciudadanos y comprender nuestra identidad como ensenadenses.

De 1886 a 1910 la ciudad de Ensenada surgió como una gran ciudad, el bello puerto de Ensenada se engalano con grandes fuentes de trabajo, para beneplácito de sus habitantes.

Surgieron empresas de las cuales carecemos actualmente y otras más que en los tiempos actuales se han ido desapareciendo.

Pero en 1910, Ensenada contaba con una fábrica de velas que servía para iluminar la ciudad y los hogares ya que no se soñaba siquiera con que tuviera electricidad. Había una fábrica de jabón de gran calidad que propios y extraños admiraban y utilizaban su productos. Una gran fábrica de hilados y tejidos cuya maquinaria era finísima y había sido importada de Inglaterra.

Entonces el algodón se importaba de África al puerto de Ensenada porque aún no se soñaba siquiera con sembrarlo y cultivarlo en Mexicali.

Había tres molinos harineros, cuyos productos tenían tanta aceptación entre los habitantes de Ensenada como en el exterior, los productos eran enviados a Tijuana y Mexicali , también a California , siendo famosa la harina por su excelente calidad.

La ciudad contaba con una fábrica de cerveza cuyo propietario y químico era alemán, una fábrica de dulces de todas clases que elaboraba Don Federico Goldbaum , era tan famoso que se reconoció como el mejor dulcero de Estados Unidos.

Una fábrica de enlatado de frutas, tales como la uva, el higo, durazno, peras etc., todo esto cosechas de la regiones industrializaban toda clase de pastas como el tallarín, macarrón, fideos y otro productos. Esta empresa era propiedad de Don Ernesto Gardois, de origen italiano.

También se contaba con una tenería que trabajaba en gran escala cuya baqueta se exportaba y tenía mucha aceptación por su gran calidad, además de dar trabajo a muchos jóvenes de la población; una talabartería que hacia guarniciones y monturas ya que entonces no se conocía aquí en Ensenada los tractores y el uso del caballo era lo más generalizado para trasladarse de un lugar a otro, además de una docena de fábricas de zapatos, tres herrerías y una carrocería.

En esa época se construyeron cómodos y grandes hoteles para disfrutar las bondades de nuestras hermosas y cálidas playas pero todos en distintos momentos fueron destruidos por incendios, debido a la indiferencia falta de mantenimiento y sobre todo desconocimiento de su valor patrimonial como parte de la historia local.