Las finanzas municipales se adentraron, con todo y su publicitada reingenieria, en un auténtico tobogán.
Y de ese tobogán no hay genio que las rescate. No por lo pronto.
Así que inevitablemente vendrán más aprobaciones del Cabildo para solicitar créditos que le permitan, a nuestro gobierno, solventar los compromisos que lo asfixian y someten.
Los expertos y profesionales de las finanzas, como ya se ha vuelto costumbre ofrecen salidas fáciles desde la comodidad de sus despachos.
Si, que Novelo recorte a un número importante de su plantilla de trabajadores y que a partir de ahí vendrá el ahorro, la prosperidad, la luz al final del túnel.
Y hasta le sugieren porcentajes para disminuir su nómina, y le recuerdan que así se hace en la iniciativa privada.
Cero contemplaciones y cero consideraciones.
Le recomiendan apegarse a un programa federal (?), donde a los municipios se les facilitan recursos para cumplir con las obligaciones económicas que se desprenden de un recorte de empleados.
Esto es, desde fuera y a la distancia cualquiera se siente un mago financiero y opina a la ligera.
Y no, la verdad es que se ocupa de mucho más que buenos consejos.
La solución a los problemas financieros que enfrenta la autoridad municipal no están a la vuelta de la esquina, como algunos sostienen.
Despedir a 500 empleados ocuparía de muchos millones de pesos que no se tienen y que tampoco el Gobierno federal está deseoso por aportar.
Basta recordar que Ensenada forma parte de ese numeroso contingente de municipios que se ahogan en un quebranto financiero que, la verdad, está más cerca del colapso que de la recuperación.
Y también es necesario subrayar que no se puede comparar la administración de una entidad de gobierno con la de una empresa.
En la iniciativa privada se recorta la nómina y se ajustan los niveles de producción. Se puede incluso suspender actividades y reiniciarlas tiempo después.
En el Gobierno no. Las veredas son muy pocas y los despeñaderos abundan.
Un ejemplo. Actualmente 120 empleados del ayuntamiento no han podido concretar sus trámites de jubilación porque no hay dinero para darles su finiquito.
Y cómo no hay dinero para la jubilación, el municipio opta por continuar cubriendo sus catorcenas sin que los trabajadores asistan a la fuente laboral.
Pagar a estos 120 empleados que ya no trabajan le representa a las finanzas municipales más de 40 millones de pesos anuales.
Ahora, de donde saldría el dinero para un despido masivo de trabajadores?
De donde?
De donde para pagar además los otros compromisos de este tobogán financiero que incluye deudas con el Issstecali, con la Cespe, con proveedores.
Recomendarle a Marco Novelo que hacer, es una tarea sencilla. Proponerle recortar la nómina de trabajadores ya es un cuento muy viejo.
La pregunta para los magos de las finanzas, es de donde se sacan los recursos que se ocupan para escapar de este tobogán que asfixia y limita.
Y es qué también de cuentos chinos ya estamos hasta la coronilla.