Para comprender el presente, hay que conocer y aceptar el pasado. Quien no mira atrás difícilmente entenderá el presente. Y no podrá construir su futuro.
Viendo que este 2018, el carnaval en Ensenada inicia el 9 de febrero y termina el 13 febrero (por lo que el miércoles de ceniza será el 14 de febrero) me vino a la memoria un artículo que leí hace varios años, escrito por Sardín en marzo de 1903 siendo presidente de la republica el general Porfirio Díaz.
A continuación me permito transcribirlo porque mucho refleja las condiciones carnavalescas de nuestra querida Ensenada.
¡También tú, oh Carnaval, alegre y bullicioso Carnaval, también perteneces definitivamente al heterogéneo y voluminoso lío de las cosas que se van! Nadie lo hubiera creído: eras ya muy viejo, parecía que habías entrado una vez por todas en las costumbres de esta pobre humanidad que, como la mariposa va en pos de la luz, en pos va siempre de todas las ocasiones de reír, aun cuando a la postre queme sus alas en la risa y parezca sin galas ni ilusiones; parecía que tú viejo y simbólico Carnaval, que ponías caretas sobre las máscaras y máscaras sobre las caretas, estabas destinado a sobrevivir a muchas otras cosas de antaño, porque tenías la fuerza de la alegría y te arrullaban los armoniosos desgranes de la música. Pero no la humanidad, que se politiza está cansada de reír en las mismas fiesta y de bailar las mismas danzas; quiere reír todavía quiere bailar más aun con otras danzas y con otras risas. Tu venerable Carnaval ya no le vastas, tus bromas le parecieron por demás ingenuas, el sonido de tus cascabeles lastimo sus oídos, ávidos de nuevos sones y has murto, Carnaval has muerto porque el olvido y el desdén empiezan a ser universales dentro de nuestros habitantes, la ceniza del miércoles caerá sobre el Carnaval como cae la tierra sobre la tapa de un ataúd ¡El Carnaval ha muerto; en la ciudad de México descase en paz el Carnaval!
Se acabó el suntuoso Carnaval de las calles metropolitanas, las casa más aristocráticas se abrían para recibir a los disfrazados. En la época de Antonio López de Santana se iluminaba la presidencia, las parejas ataviadas de mil disfraces recorrían danzando y riendo por las calles para llegar a continuar la fiesta en los salones y teatros.
Cuantos recuerdos infantiles y juveniles encierran en un Carnaval organizado, cuantas alegrías y cuantas parejas no disfrutaron, preguntad a los ancianos como eran los acontecimientos carnavalescos y escuchareis profundos suspiros y algunos de ellos dejaran desprender una amarga lagrima de sus cansadas pupilas pero el tiempo corre y con el tiempo se acaba y alguien dijo ¿Que ha quedado del carnaval en México?
¡El Carnaval ha muerto, descanse en paz!
Sardín, Ciudad de México, febrero de 1903.