El espárrago (Asparagus officinalis), pertenece a la familia de las cebollas y los cebollines, Asparagaceae. Es una planta herbácea perenne de follaje muy ramificado que está formada por tallos aéreos y parte subterránea constituida por raíces, que comúnmente se denomina “garra”, de los brotes jóvenes se obtienen las verduras conocidas como espárragos. La palabra espárrago, en latín sparagus, deriva a su vez del griego aspharagos, que significa "brote". Gastronómicamente tuvo su primer registro en un recetario de Marco Gavio Apicio, que se titula De re coquinaria, (Los asuntos de la cocina), del siglo I.
Es nutritivo, cuenta con vitaminas A, C, E y K; cromo, oligoelementos y fibra. Es diurético, al estar compuesto en su mayor parte por agua facilita la eliminación de líquidos. Es antioxidante, ayuda a neutralizar los efectos de los radicales libres. Es antidepresivo. Contiene una buena dosis de ácido fólico, muy recomendado sobre todo para las mujeres embarazadas ya que ayuda al feto en su desarrollo. Es laxante por su capacidad para regular el tránsito intestinal debido a la fibra presente en su composición y por último, es anticancerígeno, por la presencia del glutatión, un poderoso desintoxicante que neutraliza o se encarga de eliminar muchas sustancias cancerígenas y nocivas en nuestro organismo.
Durante mucho tiempo los espárragos fueron un ingrediente de lujo, prácticamente exclusivos para las mesas de los burgueses y las clases altas de la sociedad, para fortuna nuestra, localmente podemos obtener este vegetal a un precio de maquila (textualmente), por estar cerca de California, EEUU, uno de los mayores productores de espárragos del mundo. Les invito a saborear y gozar los beneficios de estos brotes verdes.