De que a los bomberos locales les urge equipo de apoyo para soportar su trabajo, es innegable. Lo que se ve no se juzga, reclama una máxima popular.
Desde hace varias administraciones municipales, los “tragahumo” se han mantenido en un permanente reclamo por las escasas herramientas de que disponen para atender los llamados de emergencia de una población.
Equipo viejo y escaso hacen inoperante su trabajo, sostienen en su queja.
Y así llevan años, muchos años.
Hoy a manera de presión hacia las autoridades locales cerraron las instalaciones de varias estaciones. La autoridad no ha emitido respuesta.
Eso por una parte.
Por la otra, es un hecho que el H. Cuerpo de Bomberos de Ensenada es una auténtica fábrica de conflictos laborales.
Conflictos personales y de grupos que se disputan el control del departamento, son de sobra conocidos.
Cuando se trata de poner en predicamento al director en turno, sobrevienen las manifestaciones y paros de inconformidad.
Al actual jefe de bomberos le están tocando las mismas melodías que en su momento fueron serenata de anteriores directores de la dependencia.
La tarea de los bomberos es de enorme responsabilidad y alto riesgo. Lo menos que merecen, además del reconocimiento ciudadano, es disponer del equipo suficiente. Urge.
Pero también y de parte de la autoridad municipal, urge poner freno a los permanentes conflictos internos que empañan el desempeño de los mencionados servidores públicos.
Más equipo, si. Menos grilla, también.
Deudas sin finiquitar
El argumento para entregar a particulares la organización del carnaval por dos años consecutivos, fue el de obtener recursos para saldar deudas pendientes.
Ese fue el argumento. Argumento que en los hechos no se ha cumplido.
El municipio ingresó 1.8 millones de pesos por la licitación del carnaval y de pagar las deudas nada. Nada.
Los proveedores de servicios y ganadores de premios insisten en que se les cumpla con los acuerdos pactados.
Insisten, insisten y nadie les da razón.
De los casi dos millones de pesos ingresados nadie sabe a donde fueron a parar. Porque para el fin que se dijo, no.
Aunque resulte difícil de creer los integrantes del Cabildo no tienen información precisa de qué pasó con los recursos del carnaval.
A tibias piden explicaciones y a tibias les contestas.
En tanto las deudas y demandas por incumplimiento de contratos ahí están. Ahí siguen y ahí seguirán en tanto no se finiquiten.
De “cortesías”
¿Qué retribución puede recibir un particular de una autoridad, a cambio de solventar el costo de un equipo de audio e iluminación en un festejo público?