El corn flakes ha estado en la mesa de los mexicanos desde hace tiempo, es la marca genérica de las hojuelas de maíz, un producto alimenticio mundialmente popular, es el típico cereal para el desayuno que se consume solo o con leche. Fue creado por el doctor Will Keith Kellogg en 1860, para los pacientes de un hospital de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en los Estados Unidos. Gracias a él, hoy en día existen decenas de marcas que manejan este producto.
Para obtener las hojuelas, el maíz se tritura en seco, posteriormente se cuece al vapor, se lamina y, finalmente, estas láminas son tostadas. Recientemente, los investigadores de la Universidad de Illinois han descubierto que en este proceso de elaboración de las hojuelas de maíz se están eliminando los compuestos fenólicos y los tocoferoles y el problema radica en que el consumo de estos dos componentes está relacionado con la prevención del cáncer, las enfermedades neurodegenerativas y las enfermedades cardiovasculares. En base a los resultados obtenidos, los expertos consideran recomendable trabajar para desarrollar nuevos métodos de procesamiento que permitan retener el máximo de nutrientes beneficiosos. En la mayoría de los casos, la fortificación es la solución que resulta más efectiva y sostenible, recuperar los compuestos fenólicos y los tocoferoles es recuperar compuestos que contribuyen a mejorar la salud, así como unos conservantes que son antimicrobianos naturales.
Las hojuelas de maíz son muy sabrosas y nutritivas, contienen un alto porcentaje en fibra, suelen ser bajas en grasa, y enriquecidas con vitaminas y minerales, también hay que considerar que son fáciles de conservar y trasportar, por esto y otras razones seguiremos manteniéndolas en nuestra alacena.