Resulta que la Organización de Consumidores y usuarios (OCU) de España publicó un análisis realizado a 41 marcas de aceite de oliva virgen extra y la mitad de las muestras seleccionadas no cumplen los requisitos de la norma europea para ser considerados aceite de oliva virgen extra (AOVE), por lo que consideran que están engañando a los consumidores.
Para la extracción del aceite, la industria olivícola procesa el olivo con maquinaria para la molienda y el batido. La calidad del aceite depende mucho de la temperatura y la duración del batido, lo ideal es no rebasar los 27 °C, este método es conocido como extracción en frío, de ahí surge la calificación de aceite de oliva virgen extra, y cuando el proceso no reúne el parámetro anterior se le clasifica simplemente como aceite de oliva virgen.
Para que un aceite se pueda calificar y vender como ‘virgen extra’ debe superar distintos análisis, incluyendo una prueba sensorial, esta valoración organoléptica la realiza un panel de cata acreditado siguiendo la metodología que establece el reglamento. Para tal efecto, la OCU ha seleccionado las marcas comercializadas como AOVE de la gama de ‘gran consumo’, no de las consideradas ‘gourmet’ o ‘premium’, y al parecer, todos han aprobado en distintos parámetros, pero no en el análisis sensorial, y afirman que esta es la prueba decisiva para determinar si un aceite es realmente virgen extra.
En nuestra región gozamos de un clima mediterráneo para producir olivo de mucha altura, por lo que Ensenada ha sido y seguirá siendo uno de los productores más importante de México. Espero que la Procuraduría Federal del Consumidor siga los pasos de la OCU, y pronto podamos ver la lista de las marcas de aceite de oliva virgen extra en México.