Las noticias falsas, ofrecer respuestas engañosas y actuar como si estuviera por encima de la ley, son temas por los que miembros del parlamento británico se refieren a Facebook como "un gangster digital" en el informe "Disinformation and fake news: Final Report", publicado el pasado 18 de febrero.

Los señalamientos pueden sintetizarse en cuatro acusaciones directas, Facebook:

1. Violó las leyes "de manera consciente y deliberada".

2. Obró de mala fe proporcionando "respuestas engañosas".

3. Prefiere ingresos a seguridad de datos "al definirse como un servicio gratuito cuenta solo la mitad".

4. Actúa como un "gángster digital" porque "cree que está por encima de la ley".

A grandes rasgos, el reclamo central es la ausencia de medidas para acabar con la desinformación, pues debe ser regulada de manera más estricta. También se reprocha a Zuckerberg su falta de liderazgo para asumir el control en el problema.

El documento es producto de un año de investigación, ordenada después del escándalo protagonizado por Cambridge Analytica, la compañía británica de marketing político que accedió a los datos de millones de usuarios, con los que creó perfiles psicológicos de los votantes estadounidenses.

La petición específica que hace el parlamento a Facebook incluye los siguientes elementos: un código ético obligatorio para las empresas tecnológicas, supervisado por un organismo regulador independiente; facultades para los reguladores de tomar acciones legales si las compañías rompen el código; que el gobierno reforme las leyes y normas electorales vigentes sobre la participación extranjera en las elecciones de Reino Unido que las redes sociales sean obligadas a eliminar fuentes de contenido dañino, incluidas aquellas que se haya comprobado que generan desinformación, y; que las empresas tecnológicas que operan en Reino Unido paguen impuestos para ayudar a financiar el trabajo de la Oficina del Comisionado de Información (ICO) y cualquier nuevo regulador establecido para supervisarlas.

Con estas acciones el gobierno de Gran Bretaña deja clara la importancia del tema: puede ser efectivo para un gobierno pero no es lo más sano para una sociedad.

En décadas anteriores los políticos encontraron en la televisión una forma eficiente de manipular a las masas, hoy emplean "las benditas redes sociales" como vehículo ideal para implantar ideas y linchar a quien se oponga.