Cada 10 años una nueva generación se preocupa porque pronto cumplirá 60 años. Si sabemos que de acuerdo con los pronósticos del INEGI nuestra esperanza de vida es de 84 años la preocupación queda más que comprendida.
Ante tanta información en las redes de esta generación de cumpleañeros, recordé cuando yo cumplía los 55 años. Recordé que en 1995 asistí a una conferencia relativa a la juventud y al envejecimiento. La plática se desarrolló con base en los pensamientos de Sherman Ullman. Hoy empezamos a recibir mensajes de las nuevas generaciones que nos acercan a los 60 años, casi siempre escritos por personas que entran a un periodo de vejez con salud y me da alegría el optimismo de sus escritos, consejos y recomendaciones.
Yo quiero hacer una observación: no todos envejecemos de la misma manera por ello es tan difícil comprender y ayudar a las personas en la vejez. Llega sin que exista un diagnóstico de cómo va a ser la nuestra, nos preocupamos y especulamos por no tener una vejez llena de pérdida de habilidades, la más preocupante es la me memoria.
La pérdida de habilidades con dolor es terriblemente incómoda ya que nos cambia el carácter y el poder de concentración: el dolor crónico en el cuello, cabeza, extremidades superiores e inferiores que son constantes y sin un remedio permanente para mitigar el dolor. Al ser constante no te permite dormir y empiezas perder tu independencia, debes estar preparado a recibir ayuda y ser agradecido con quien te la da, pues la persona que lo hace también pierde su libertad y aunque te quiera mucho es un gran sacrificio... ella debe de saber que se lo agradeces con todo tu amor.
Lo más difícil de la vejez es aceptarla como una condición humana y no como una enfermedad, entonces debemos ser conscientes de la molestia que causamos porque dependemos de otros que nos regalan su independencia, por ello debemos ser muy agradecidos aunque el dolor nos cambie el carácter.
Cada uno sufre o goza su propia vejez ninguna es igual, es como una huella digital pertenece a cada ser humano. No todos aceptamos de la misma manera la vejez, no existe un patrón de comportamiento para que nos ayuden los médicos, debemos ser escuchados como individuos y no como estadística. Cada uno padece o no padece algún mal.
Algo que es difícil es que nuestros amigos se dicen preocupados por nuestra salud pero muchas veces nos cuestionan ¿te estás atendiendo?, nos preocupa tu salud, etc. ,Tenemos que explicar todo el tratamiento. Explicar que la vejez no tiene remedio, se pierden habilidades, huesos, cartílagos etc., que estos irremediablemente se acaban y que no todos los sufrimos a misma edad, puede ser a los 70,80, 90 años o morir sin haber sufrido deterioros a los 100 años... esos es una bendición de Dios.
Cada fin de década existirán generaciones preocupadas por la vejez de una manera poética porque no han llegado a la misma, unos sufrimos la vejez y otros estamos en la vejez dependiendo como nos llegue la misma con sufrimiento físico, o sin el, solitario o acompañado, con salud o sin ella… el hecho es que no existe una receta.