Tan lejano, pero al mismo tiempo tan cercano. Y tan amenazante.
A menos de 100 kilómetros de Ensenada está uno de los focos rojos que el país tiene encendidos a consecuencia del COVID-19.
Tijuana, como su caudal de contagiados y su estela de muerte. A menos de 100 kilómetros! Y a menos de 100 kilómetros el relajamiento, la apatía y la indiferencia de muchos, de miles de Ensenadenses.
Los exhortos de todos los días para fortalecer el distanciamiento físico, han topado en oídos huecos, vacíos. Por un lado les entra y por el otro les sale.
A fin de cuentas el mal está a 100 kilómetros! Lejos de casa y donde, hasta ahora, los casos confirmados de contagio no suman más de diez.
Así lo perciben miles y así se comportan miles. Lejos e indiferentes.
Pero nada más erróneo. Nada más preocupante.
Ensenada está al acecho de un enemigo invisible y mucho más cercano de lo que miles suponen.
Un enemigo que en cualquier momento se nos puede colar hasta la cocina dejando dolor y muerte a su paso.
Y a eso estamos expuestos. Los que se cuidan y los que no. Y los que no se cuidan terminaran por ser el vehículo de enlace para llevar la tragedia a los hogares de quienes si lo hacen.
Y por lo mismo entonces, urge reforzar y endurecer las estrategias de las autoridades para convencer a los incrédulos de hoy. Y si no convencerlos, pues entonces obligarlos. No hay de otra.
Y es que la vida de muchas personas está en juego, en riesgo. Así tal cual.
Necesitamos, pues, con carácter de urgente:
1. Bajar la movilidad de personas que no cumplen tareas esenciales.
2. Reforzar las inspecciones en empresas no esenciales que siguen operando.
3. Ubicar los focos rojos que tiene el municipio para la propagación de contagios.
4. Intensificar la difusión de las acciones preventivas a través de todos los canales y no solo redes sociales.
5. Instalar filtros preventivos en las principales arterias de la ciudad para verificar que ciudadanos cumplan disposiciones oficiales.
6. Coordinar acciones con tiendas departamentales y supermercados, para verificar desde sus accesos a zonas de estacionamiento no arriben más de una persona por vehículo.
7. Verificar que el transporte de personas en unidades del servicio público, ocurre de acuerdo lo que marcan las medidas sanitarias.
8. Atender el problema de las personas en situación de calle y que se cuentan por cientos.
9. Coordinar con medios de comunicación campañas estratégicas para fortalecer la tarea preventiva.
10. Inspeccionar la operación de casas albergue, orfanatos y centros de atención a personas con adicciones.
Tejemos muchas tareas por hacer, muchas. Pero resultará peor no hacerlas.
Y es que el enemigo acecha a menos de 100 kilómetros!