Esta semana iniciaremos un nuevo año, la línea imaginaria en el tiempo y deseamos separar el año viejo 2020 lleno de incertidumbre, de promesas políticas sin cumplir, de verdades a medias debido a la información del covid-19 por parte de nuestros gobernantes, cuando les conviene se usan los colores rojos, naranjas y cuando no quieren dar información dicen ¨estamos en emergencia COVID¨.

Cada nuevo año esperamos que por arte de magia éste se nos presente lleno de esperanza, emocionados por continuar con los proyectos y metas truncados por la pandemia, pero temerosos porque tenemos elecciones y nuevamente inician las promesas, ofrecimientos de bienestar para nuestras familias, vacunas y mejores atenciones para nuestra salud, ofrecimientos al personal de salud etc.

Los políticos conocen que lo que requerimos, es que nos ofrezcan esperanza, sin comprometerse en cumplir dichas promesas. Este año 2021 debemos ejercer nuestro voto con libertad y esforzarnos todos los mexicanos encontrar en los que nos piden los votos una virtud: Probidad.

Este año llega con infinidad de retos para progresar; aumento en gasolinas, prediales, electricidad, agua, fraudes en inversión pública, gobernadores enriquecidos, falta de medicamentos, millones de enfermos, personal de salud agotados, confinamiento familiar, economía deteriorada, pérdida desmesurada de empleo, escuelas abandonadas… y como consecuencia la insatisfacción para la mayoría de las familias mexicanas.

Esto sería fácil resolver si dentro de nuestras convicciones y formación desde que nacemos entendiéramos que, la obligación más importante que tiene los solicitantes de los votos es, hablarnos con veracidad.

Una de las grandes cualidades que define a la persona íntegra y recta es alguien que cumple sus proyectos, metas y sueños sin fraudes, engaños y trampas, debe ser una obligación para continuar en los puestos públicos de reelección o designación dentro de la burocracia.