Así hasta que inmunización colectiva vía la vacuna contra el Covid-19 se concrete, cosa que está muy distante. También muy distante la responsabilidad colectiva. Esa que permite a la sociedades avanzar en medio de turbulencias.

La economía continuará sujeta de alfileres. Aquí no hay cuesta de enero, porque la cuesta empezó desde marzo del año pasado.

La actividad turística y todo lo que de ella se desprende, la más afectada. Seguirá el desempleo en el sector y el cierre de pequeños negocios. El arribo de cruceros, pilar de la economía local, se ve lejos, tranquilamente más allá de abril.

Otros sectores productivos tampoco presumirán tiempos de bonanza. Lo negativo de la balanza será una constante.

El cierre de la frontera terrestre con Estados Unidos, obstruido por meses, así continuará. Y es que en California las cosas tampoco pintan color de rosa.

Dependientes en muchos rubros, aquí como del otro lado de la línea las expectativas a favor serán a cuentagotas.

Así las cosas en lo social y económico para este 2021. Un año que, ojalá, traiga sorpresas agradables bajo el brazo.

Y qué nos depara el 2021 en lo político?

El nuevo año nos ofrecerá un escenario político-electoral inédito. Las campañas proselitistas rumbo a la elección del 2021, también lo serán.

Las venta de propuestas tendrá como autopista las redes sociales. Nos podemos olvidar desde ya de los actos masivos, de los acarreos, de los cierres de campaña donde se medían los “músculos”.

Tiempos entonces para innovar y ser creativos en la tarea proselitista. Los “magos” del marketing digital se cotizarán alto, incluso los inexpertos.

Aparecerán páginas y más páginas en FB. Para sumar y para denostar a los adversarios.

Jaime Bonilla, nuestro gobernador, concluirá su periodo y se reintegrará al Senado. Antes tendrá manga amplia para palomear candidatos a las alcaldías y diputaciones. Sino en todos espacios en disputa, cuando menos si en la mayoría.

Marina del Pilar, con la candidatura de Morena a la gubernatura en la bolsa, parece navegar en aguas tranquilas rumbo a ese propósito.

Pero solo parece.

Querido y rechazado, el empresario de los casinos Jorge Hank podría ser una piedra en el zapato la aún alcaldesa de Mexicali.

A Hank, si termina por aparecer como candidato a la gubernatura, no se le puede descartar. Y no porque dinero y experiencia le sobran.

Al alcalde de Tijuana, Arturo González Cruz, se le complicó el futuro político. La búsqueda de la gubernatura, cuando menos por Morena, se esfumó. La reelección en el cargo parece que lleva el mismo recorrido.

Peleado con el gobernador y decepcionado de sus “apoyos” nacionales, González Cruz podría emigrar a otras opciones partidistas o esperar octubre para reintegrarse a sus negocios.

Acá en casa, Armando Ayala Robles, será el candidato de Morena a la presidencia municipal.

Al interior de su partido habrá otros interesados en la candidatura, como Teodoro Araiza, pero sin mayores posibilidades de lograrlo. Este ultimo se esfumo de la escena política hace ya bastantes meses.

Sus bonos, entonces, no le alcanzan para negociar absolutamente nada. Pero sabe que solo el que se mueve, se nota. Y en eso está.

Ayala, de candidato, tiene amplias posibilidades de alcanzar la reelección, aunque no por ello se puede menospreciar a quienes también irán por la alcaldía. Sobran los ejemplos de aquellos que cantaron victoria antes de lo debido y luego lloraron su desventura.

En los partidos opositores a Morena las dudas e incertidumbre se hacen piedra. A meses de la elección las indefiniciones siguen, lo mismo que las diferencias y los golpeteos. Se disputan lo poco que consideran viable de éxito.

Y así, en ese entorno tan complicado, aspirar a metas mayores se vuelve una tarea que toca lo imposible.

Proyectos independientes aparecerán en las boletas, pero sin más intención que logran los porcentajes mínimos que aseguren una silla en Cabildo.

Las alianzas darán sorpresas. Sobre todo la de Morena con otras fuerzas políticos. Morena, haciendo valer su fuerza electoral, irá por las piezas grandes del pastel en todo el estado.

En San Quintín su Concejo Fundacional enfrentará un año complicado, más por las ambiciones de poder de varios de sus integrantes. Desde ahora quieren gobernar el nuevo municipio, cuando saben que su presencia es pasajera.

En el 2024 ninguno de los concejales será candidato a la presidencia municipal de San Quintín. No les alcanza lo que traen en las alforjas.

El 2021 pinta, pues, muy complicado. En lo social, económico y en lo político.

Muy complicado, cierto, pero esperemos que no tanto como este que recién se fue y que nos heredó un rosario de daños no presupuestados.