Enfrentar al Covid-19, la enfermedad que causa el virus SARS-COV-2, no resulta una tarea sencilla y mucho menos barata. Vamos, nada barata!
Puede resultar una exageración, pero los hechos dicen que no: los pobres no son aptos para contrarrestar al covid.
¿Con qué? ¿Cómo?
Se los platico y explicó.
Personas de clase media con familiares afectados por la enfermedad, argumentan que resulta muy caro enfrentarla.
De entrada y para tener un diagnóstico clínico hay que desembolsar alrededor de mil pesos por persona.
Si el resultado es positivo hay que pagar una consulta médica y los medicamentos que se recomienden. Sume estos gastos.
Si el resultado es positivo, se instruye el aislamiento del enfermo por 14 días. El aislamiento y lo que este obliga: área reservada, asistencia de alimentos y medicina, más la supervisión médica. Sume estos gastos.
Si el enfermo enfrenta complicaciones para respirar, se obliga la oxigenación asistida. Renta de tanque y abasto de oxígeno. Súmele.
Si no hay mayores complicaciones, se espera pase la cuarentena para otro examen de diagnóstico. Hay desembolsar también.
En los casos donde se obliga la hospitalización, recurrir a una instancia privada obliga cubrir un anticipo de entrada no menor a los 100 mil pesos, más lo que sume la atención diaria.
Si al enfermo se le interna en un hospital dependiente de una instancia de gobierno, también hay gastos. Hay quienes dicen erogar cantidades superiores a los 7 mil pesos diarios, para surtir medicamentos de familiares enfermos de covid que están internos en el Hospital General.
Después de lo anterior expuesto le pregunto: cómo diablos le puede hacer una familia de escasos recursos, para arrancar de los garras del covid a un integrante del núcleo?
Dónde y cómo se aísla?
Cómo solventa pruebas clínicas, consultas, medicamentos y abasto de oxigeno?
Como adquiere los medicamentos que demanda una hospitalización?
Será que los pobres por su propia condición social, gozan de inmunidad ante la enfermedad?
O será que ni para eso les alcanza?
No sería una medida absurda, en serio, enlistarlos como sector vulnerable dentro de las estrategias de vacunación.