¿Es lo mismo tomar jugo de caña natural que consumir el azúcar de caña que contienen las bebidas que acostumbramos? En el primer caso, el jugo de caña solo contiene alrededor de 10% de azúcar y al tomar su jugo también se obtienen algunas fibras para mejorar la absorción en nuestro organismo. En el segundo caso, el jugo de caña se refina hasta convertirlo en un cristal blanco que es añadido a nuestro régimen alimenticio. Entonces, existe una diferencia abismal entre los azúcares que se producen naturalmente en las frutas y los productos lácteos y los azúcares quitados de su fuente original y añadidos a los alimentos. De hecho, la Organización Mundial de la Salud recomendó que para una salud óptima debemos restringir el consumo de azúcar añadido a sólo 25 gramos o 6 cucharaditas al día.
Recientemente un artículo publicado en la revista científica Journal of Hepatology concluye con una investigación realizada por expertos de la Universidad de Zúrich (Suiza), en la que se menciona que el consumo de azúcares añadidos en los productos alimenticios, llámese fructosa o sacarosa, puede duplicar la producción de grasa en el hígado, lo que aumenta el riesgo de sufrir diabetes tipo 2 e hígado graso.
94 hombres sanos participaron en el estudio. El requisito fue que no consumieran más calorías que antes del ensayo, la explicación es que las bebidas azucaradas que tomaron aumentaron su saciedad y redujeron la ingesta calórica procedente de otras fuentes alimenticias. Sin embargo, se observó que la fructosa incrementaba la producción de grasa en el hígado, multiplicándola por dos en comparación con el grupo de control que no tomó las bebidas azucaradas, este efecto se constató incluso 12 horas después de haberlas consumido.
Los expertos comentan que los resultados obtenidos son de gran importancia para seguir con la investigación sobre los efectos nocivos de los azúcares añadidos, así como para la elaboración de futuras recomendaciones dietéticas.