Freír es una técnica de cocción, en la cual, los alimentos se someten a una inmersión rápida en grasa (aceite) a temperaturas altas (150 - 180 °C), obteniendo en ellos un resultado crujiente y dorado. Durante muchos años se ha señalado que este es uno de los métodos menos saludables, al afectar, entre otros, los nutrientes en los alimentos. No obstante, un nuevo estudio del Instituto de la Grasa (IG) parece contradecir esta creencia popular. IG con sede en Sevilla, creado en 1947, cuenta con la misión de contribuir a la mejora y al desarrollo de los sectores industriales relacionados con las materias grasas. Dicho estudio concluyó que cuando se fríe, se mejora la calidad de los alimentos, siempre y cuando el proceso se realice de forma correcta. También confirma que freír los alimentos aumenta los compuestos de interés nutricional por sus efectos hipotensores, antidiabéticos, antiinflamatorios y en la inhibición de la absorción del colesterol. Según los científicos, de todos los aceites vegetales estudiados, el de orujo se obtiene el mayor de los beneficios.
El aceite de orujo se extrae de la segunda prensada de la oliva, los componentes bioactivos del aceito de orujo permanecen tras la fritura en concentraciones que pueden inducir efectos positivos para la salud, especialmente la cardiovascular. Según explican en el estudio, cuando se fríe con este aceite, los alimentos no pierden sus cualidades: aunque se caliente durante 20 horas a 175º, mantiene sus componentes nutricionales.
La comida frita siempre se ha considerada sabrosa pero poco saludable, espero que con este nuevo estudio se pueda mejorar, aunque sea un poco, esta mala creencia.