Decidir ir al psicólogo por primera vez es una lucha personal en donde se pelean la lógica y la emoción, por decirlo de alguna manera. Por un lado está el lado crítico que pretende que todo lo sabe y nada le afecta y por otro está el lado emocional, esa parte más sensible que intuye que algo no anda bien. Ese momento de iluminación e introspección en donde decidimos IR, es único y particular para cada persona. Y no... al contrario de las viejas creencias, no es de débiles.
Javier Cid, periodista español, comparte en una nota algo que me parece muy acertado en relación a mi criterio:
Hay que estar muy cuerdo para cruzar el umbral de la consulta de un psicólogo por primera vez. Justo en ese momento en el que el mundo se desmorona y la cabeza se tambalea, cuando la vida asusta, abrirse en canal como una pieza de caza ante un desconocido es uno de los actos más valientes que existieron nunca.
Aunque parezca absurdo, aun hoy en día existe cierto tabú sobre el buscar apoyo psicológico siendo adultos, ya que permanece la creencia de que el acudir a terapeutas de la salud mental es el equivalente a estar loco o simplemente ser una persona débil.
Este tipo de pensamiento ha sido introyectado en las personas a partir del contexto sociocultural y los estilos de crianza de cada familia, por generaciones. Sin embargo, gracias al avance de esta disciplina y la apertura de la sociedad, esta forma de pensar se ha ido menguando poco a poco e irónicamente, mucho ha tenido que ver el papel que juega el terapeuta en las películas e incluso series. Este fenómeno se ha convertido en un parte aguas en cuanto a lo que se creía anteriormente.
Podemos notar que cada vez es más común ver a los protagonistas de la pantalla acudiendo al psicólogo por consuelo, guía y escucha, como algo cotidiano e indispensable en su vida para el cuidado de su salud mental y salud en general.
Pero, ¿cuándo se debe acudir a consulta psicológica? Esta es una cuestión totalmente personal e inherente a cada paciente pero además de los trastornos mentales (de personalidad, neurocognitivos, relacionados a sustancias, etc.) hay varias situaciones que pueden presentarse en la vida de cada individuo (sin importar edad, situación económica, nivel educativo…) y por las cuales se puede acudir a terapia psicológica. Entre ellas se encuentran: crisis existenciales, falta de control de impulsos, codependencia, indecisión, insomnio, celos, violencia en la pareja, miedos irracionales, sentimientos de ineptitud, desmotivación, hábitos perjudiciales, etc.
Si deseas acudir a terapia psicológica puedes preguntar a alguien de confianza que te recomiende algún terapeuta o también puedes investigar qué enfoque te conviene más. Lo importante es animarte y dar el primer paso. Confía en tu intuición al momento de asistir con el psicólogo ya que como en cualquier relación sana, debe existir la sensación de confianza y comodidad, pero más importante, que el prejuicio no sea lo que te detenga.