Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), dentro de la Cumbre Mundial de la Alimentación de Roma en 1996, se definió que la seguridad alimentaria es la disponibilidad suficiente y estable de alimentos, su acceso oportuno y su aprovechamiento biológico, de manera estable a través del tiempo.
Existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos para alcanzar una vida sana y activa.
Sumándose a esta declaración de la FAO, sin excepción alguna, todos los países de este planeta aplican leyes y reglamentos para que la industria alimentaria ofrezca a sus consumidores alimentos inocuos y nutritivos.
En México, estas leyes son las Normas Oficiales Mexicanas NOM-120-SSA1-1994 y la NOM-093- SSA1-1994 que controlan la producción e inocuidad de los alimentos.
Como consumidores, nos enteramos frecuentemente en las noticias de que la autoridad competente activa la alarma por algunos productos contaminados que se encuentran en los super mercados; rara vez, escuchamos que el propio fabricante haga este tipo de anuncio.
En esta ocasión, Barry Callebaut (fundada en 1842), líder mundial en el procesado del cacao y del chocolate, nos pone el ejemplo, al cerrar una de las fábricas en Bélgica, por la detección de una fuente de contaminación de la lecitina. La lecitina es un ingrediente que aporta brillo al chocolate y untuosidad al paladar cuando se degusta, también funciona como humectante, mejora la fluidez del chocolate fundido y reduce la viscosidad de este. Con este motivo, la marca ha detenido todas las líneas de producción y al mismo tiempo bloqueado todos los productos desde el último análisis.
Además, se han comunicado con los clientes que recibieron producto en las fechas detectadas, para que lo retiren de sus anaqueles.