Las últimas semanas han estado marcadas por lo que parece una ola de despidos en masa evidentemente notorios por el tamaño de los protagonistas, al menos tres de las cinco empresas que conforman el FAANG además de Twitter, que ganó notoriedad por las polémicas acciones de su nuevo dueño.
Se conoce como FAANG al grupo que integran los gigantes tecnológicos Facebook, Apple, Amazon, Netflix y Google, empresas que ahora ostentan productos hegemónicos a nivel mundial y que según se estima, de unirse bajo una sola bandera, representarían la economía número diez del mundo.
Para el talento que se desarrolla en este sector, una gigante de este tipo tiene la gran ventaja de la mentoría a cargo de gerentes experimentados, sin embargo las individualidades se pierden en la hoja de resultados que depende en gran medida de los movimientos de la economía mundial.
Fue el caso de Netflix que sin mucho ruido mediático inició con los despidos a mediados de año, con un recorte de aproximadamente el 4 % de su personal principalmente en Estados Unidos y Canadá. La razón: pérdida de suscriptores que a causa de la inflación han tenido que hacer recorte de gastos y elegir, al menos de forma temporal, una sola plataforma de video bajo demanda como fuente de entretenimiento.
El caso de Twitter se leyó como un golpe de timón de mucho dramatismo a partir de la llegada del nuevo dueño, que con la visión de los que van llegando, estima que muchos de esos empleos en realidad no son necesarios. En el caso de México no solo se trató de algunos empleos, sino de toda la operación presencial en el país… no pasará mucho tiempo antes de que descubramos si el pájaro azul se vende sólo y efectivamente puede ser igual de productivo a control remoto.
En el metaverso de Zuckerberg la herida también fue profunda y afectó de forma sustancial a los equipos de comercialización y de reclutamiento de personal, lo que de inmediato abre una pregunta, pues si las ventas y el recurso humano no son su problema actual, ¿entonces contra qué demonios pelea la compañía?
La explicación fue similar a la carta que Jack Dorsey envío a sus antiguos compañeros en Twitter, pero con especial atención a los fenómenos sociales asociados a la pandemia: un volumen de trabajo extraordinario con la contingencia sanitaria que desapareció a medida que el mundo regresó a la normalidad. El ahorro inmediato no solo estará en la nómina, sino en los metros cuadrados que dejarán de rentarse a falta de unos 11 mil empleados.
En Amazon las rancheras no se cantan nada mal (¿o serán las tristezas country?): no existe un dato exacto pero ya se dio a conocer que la cifra rondará los 10 mil despidos. El mensaje entregado por Dave Limp, vicepresidente de Dispositivos y Servicios, habla del “entorno macroeconómico inusual e incierto”.
A pesar de que cada empresa tiene razones muy puntuales para tomar las decisiones, el común denominador se encuentra en los procesos de automatización, los algoritmos y las tareas que se compactan en equipos más pequeños. La permanencia laboral o el éxito en una aventura autónoma estarán más que nunca ligado al saber hacer y a la creatividad, en cualquiera de sus expresiones.