Considera que el cargo debe ser ocupado por una mujer (por vez primera), por un hombre, ¿o de plano eso no importa?

¿Es importante que sea un profesionista o eso también es irrelevante?

¿Y qué de la experiencia? Cuenta o no?

Le pregunto lo anterior, porque los ciudadanos nos involucramos de plano muy poco en escudriñar el perfil de aquellos que se ofrecen cómodamente para gobernarnos.

Y nos involucramos menos en la toma de decisiones. En las decisiones que tienen peso y valor en una sociedad.

Así como estamos, estacionados en el terreno de la pasividad, si los candidatos ganadores de una elección resultan después gobernantes eficientes y honestos pues que bien, ¿pero si no?

¿Nos acostumbramos ya a hacerla de simples espectadores de la política y todo lo que de ella se deriva?

¿Nos resulta más cómodo ese papel?

¿No cree que es mejor para Ensenada y para todos los que aquí habitamos, que asumamos un rol más protagónico, más responsable, más activo?

Aunque parezca una batalla perdida, aún estamos en tiempo de saber elegir a nuestros gobernantes, en mostrarnos más exigentes, más interesados, más participativos.

La elección que viene será una excelente oportunidad para intentarlo. O también, si así lo decidimos, en seguir como simples espectadores.

La pelota está en nuestro campo.