La birria nació en el siglo XVI gracias a una sobrepoblación de chivos, ya que esta situación, motivó a los españoles a regalárselos a los habitantes indígenas de la Provincia de Ávalos en Jalisco. Por el olor tan fuerte que se desprendía al cocinar la carne, los locales innovaron un adobo y decidieron cocerla bajo tierra, lo que no solo le quitó el indeseable sabor, sino que terminó por convertirse en el riquísimo platillo que representa con orgullo a la gastronomía mexicana.
Aunque la receta original es con carne de chivo, en la actualidad, la birria se prepara mayormente con carne de res condimentada con ajo, cebolla, tomate, chile guajillo, chile ancho, comino, orégano, pimienta negra y clavos de olor, acompañada de una guarnición de cebolla finamente picada, cilantro, tortillas, una buena salsa roja y un toque de limón para realzar el aroma.
La popularidad de este platillo no es una casualidad, es práctico por la manera de servir, en tacos, en su jugo o en quesabirrias, y es accesible por su precio.
En nuestro puerto hay un centenar de birrierías; personalmente prefiero un establecimiento ubicado en la calle Acacias de Valle Verde: El Moy´s, atendido por los Moisés Martínez y su abuelo. El día que visites este lugar, no se te olvide pedirles un huesito, para que realmente te chupes los dedos con este manjar.