La trufa (Tuber) es el cuerpo fructífero de un hongo ascomiceto subterráneo. Existen más de 70 especies diferentes, de las cuales, las más valoradas en la cocina por su aroma y su sabor son las siguientes: Tuber melanosporum, Tuber aestivum, Tuber magnatum y Tuber uncinatum. A pesar de que existe trufa cultivada, su precio puede alcanzar los 2,000 euros por kilo.
Las trufas suelen crecer junto con grandes árboles como la encina, el avellano, el roble, la coscoja, el pino, el castaño, el abedul, el chopo, el tilo, el sauce, el alcornoque, el nogal y otros en menor medida. Se caracterizan por el gran aroma que desprenden, aunque nuestro olfato no es capaz de percibirlo, razón por lo cual, los colectores recurren a animales como cerdos, cabras y perros para buscarlas.
Las trufas saben un poco como a nuez sin llegar a serlo, similar a la pimienta, peculiar y suave, incluso con un leve dejo a café. Los profesionales de la cocina aseguran que su sabor no se asemeja a ningún otro alimento.
En la gastronomía, la trufa se consume fresca, ya sea en láminas o rallada. Se marida perfectamente con pescados y mariscos, patatas, carnes o aves, ensaladas, guisos, pastas, foie y muchos etcéteras.
Durante estos días, existe una Jornada Gastronómica de la Trufa Negra de Teruel, España. Si les interesa conocer los establecimientos y los platos que ofrecen, pueden acceder a la página de la organización.