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Las cámaras de eco

¿Cómo es la tuya?

  
Nota publicada el 5 de junio de 2024
por Roberto Salazar-Márquez

Los resultados electorales del domingo pasado pusieron sobre la mesa un tema que lleva años en las discusiones académicas: la existencia de cámaras de eco que nosotros mismos construimos y donde solo damos acceso a quienes piensan de forma similar a la nuestra.

El término suena a novedad, pero hace más de 15 años se empezó a utilizar gracias al libro Republic.com 2.0 del profesor Cass Sunstein (2007), en el que de forma premonitoria advirtió que la personalización de la información en línea nos llevaría a la creación de "cámaras de eco," donde las personas se rodean de opiniones similares y evitan las discrepantes.

Hace más de 15 años vaticinó que se podría intensificar la polarización política y social.

Y bueno… si se pudo.

Sunstein advirtió que la fragmentación del debate público en múltiples foros especializados y personalizados, socavaría el discurso público amplio y compartido, que es esencial para una democracia sana.

Pero no solo eso. Hoy sabemos que Sunstein diagnosticó la enfermedad en la que de alguna forma estamos todos contagiados, pero también entregó una receta: que los ciudadanos estemos expuestos a una variedad de puntos de vista y que participemos en debates con personas que tienen opiniones diferentes.

Todo esto lo escribió cuando la máxima expresión de la red social estaba en los blogs y lo que hoy conocemos ni siquiera eran sueños húmedos en los dormitorios del MIT.

Los análisis desarrollados por el profesor Sunstein han inspirado a otros académicos y profesionales de la comunicación para observar y documentar como se mueve este fenómeno, sin embargo, pocas veces existen oportunidades de ponerlo como un tema públicamente relevante de tal forma que todos lo puedan entender.

Independientemente de los resultados electorales, el ánimo entre ganadores y perdedores tiene más que ver con la sorpresa: ni unos ni otros esperaban descubrir el tamaño real en el grupo de enfrente.

Y es porque de alguna manera todos tenemos nuestra muy personalizada cámara de eco, construida, según las escrituras, a nuestra imagen y semejanza.

Quedarse dentro es quizás lo más cómodo, pero no lo más sano. Salir implica un esfuerzo adicional particularmente en la vigilancia de la información que consumimos y la verificación de datos antes de compartirlos.

Y lo más complicado: escuchar y comprender al otro.

Referencias
Sunstein, C. R. (2007). Republic.com 2.0. Princeton University Press.
Roberto Salazar-Márquez. Comunicador y profesor universitario. Coordina la Maestría en Mercadotecnia Digital en el IHCC. @salazarmarquez
 
 

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