Agentes de la Policía Ministerial del Estado (PME), de la Unidad de Aprehensiones, logró la ubicación y detención de tres sujetos que en casos y eventos diferentes eran requeridos por la autoridad judicial de Sinaloa por el delito de homicidio.
Gracias al Convenio de Colaboración Interprocuradurías fue como se coordinaron los esfuerzos de agentes de la Procuraduría de Justicia de Sinaloa y de la Procuraduría General de Justicia de Baja California, para lograr la captura de Ignacio Velázquez Espinoza, alias “El Nacho” de 28 años de edad, originario de Guasave, Sinaloa; Sergio Alfredo Reyes
Villegas, de 29 años originario de Sinaloa y José Luis Ulibarria Pineda, alias “El Chalín” de 35 años de edad, nacido en Mazatlán, Sinaloa.
En el primer caso los hechos ocurrieron en el mes de octubre del 2001, ahí José Luis Ulibarría Pineda era buscado por el Juzgado Primero de lo Penal de Mazatlán porque contaba con una orden de aprehensión por el delito de homicidio simple intencional cometido en contra de Andrés Aguilar Méndez de 16 años de edad.
El hecho criminal se dio porque entre el presunto responsable y el occiso había problemas personales, y en una ocasión y luego de haber estado en una fiesta discutieron, y Ulibarria de repente sacó de entre sus ropas un cuchillo y lesionó a Andrés Aguilar provocándole la muerte, a partir de entonces el agresor huyó de la ciudad de Mazatlán, y casi 12 años después fue capturado en la ciudad de Tijuana.
En el segundo caso el detenido Sergio Alfredo Reyes Villegas refiere que el crimen se suscitó luego de una riña, que tuvo él cuando era empleado de una marisquería, con su jefe Carlos Arturo Peraza Sánchez, hoy occiso, a quien privó de la vida con un desarmador, porque no le quería pagar, todo esto en hechos ocurridos en el mes de junio del 2012.
El tercer detenido Ignacio Velázquez Espinoza tenía orden de aprehensión porque en el año 2005 privó de la vida a Dagoberto Espinoza Valenzuela en un rancho de Guasave, Sinaloa.
Para lograr las detenciones policías investigadores de Sinaloa y Baja California, se coordinaron en Tijuana, y una vez que se capturaron fueron trasladados a Sinaloa y quedaron a disposición de las autoridades judiciales que los reclamaban.