Los Pelos de la Mula: El Rodeo, recuerdos.

Nota publicada el 17 de septiembre de 2008
por Elizabeth Vargas

Eran las cuatro y media de la mañana del 17 de septiembre de 1998, una llamada me despertó para advertirme, “arráncate hay muchos muertos en San Miguel” de inmediato empecé a realizar llamadas, y en una de estas me confirmaron, es cierto, hay muchos muertos en San Miguel.

Trabajaba para Notivisa y de inmediato pensé que era un camionazo, nos habían cambiado reglas para trabajar y las cámaras estaban en el Canal 23, no con los camarógrafos para atender una emergencia. Le llamé a Jaime Nieto -y como no había camarógrafo-, se trajo a su hijo Jorge para que nos ayudara.

Eran casi las cinco de la mañana, cuando habíamos pasado el Sauzal y vimos que había patrullas de la Federal de Caminos, nos indicaron que era hacia adentro de la gasolinera, y que los muertos eran por balazos. –Pensé; un pleito familiar o una borrachera mal terminada-.

Llegamos al lugar y vimos que no se trataba de una casa, eran tres, aun no llegaba el ejército, ni los peritos, había gente de rescate y de la policía municipal.

Una de las oficiales de rescate venía saliendo por uno de los jardines, lloraba, solo acertó a decirnos “Los mataron a todos, no respetaron ni a los niños ni a los bebitos” -Me quedé paralizada- en ese lugar había ocurrido algo más, pero ni siquiera lo imaginaba todavía.

Unos policías nos dijeron que tuviéramos cuidado que no fuéramos a contaminar la escena y que no cruzáramos la línea de la barda.

No la cruzamos pero Jorge Nieto, hizo mientras, imágenes de los patios y las casas, (las únicas que se hicieron en el sitio por parte de una televisora). Sacaron entonces a dos personas en camillas, nos dijeron que estaban muy graves, una era Fermín Castro, la otra, su esposa Guadalupe Tovar, aun estaba oscuro. No terminaba de amanecer.

Luego nos acercamos a la barda, ya había llegado gente de la Policía Judicial del Estado y Agentes del Ministerio Público, nos pidieron que nos saliéramos y que no grabáramos.

Antes, Jorge hizo imágenes con la cámara hacia abajo, logró las únicas tomas que había de los cuerpos . Yo alcanzaba a ver dos cadáveres desde donde estaba, una señora y un hombre.

De manera intermitente nos asomábamos, llegué a contar varios cuerpos, darme cuenta que eran niños y niñas, boca abajo, que había bebitos en el lugar e incluso una embarazada. Pero no tenía un dato exacto.

El primero en confirmar la matanza fue el entonces Director de la Policía Municipal de apellido Millán, dijo que eran tres familias y como 15 personas muertas, la información estaba en el aire a las seis de la mañana en Televisa México.

El camarógrafo y el reportero nos quedamos junto a la barda, atrás de la que estaban los muertos, ya habían puesto cinta amarilla alrededor de todas las propiedades. Nosotros nos quedamos dentro.

De repente alguno de los agentes dentro nos daba algún dato, nos explicaba como pensaban que había ocurrido todo, yo mientras no podía dejar de observar los juguetes en el patio de la casa verde, la que luego me enteré era de la familia Tovar y que era la más humilde de las tres.

Vimos llegar a dos reporteros, primero a las 7 de la mañana a Alfredo Mendoza de Radio Bahía y poco más tarde a Lázaro Márquez como a las ocho.

El ejército llegó poco antes de las 10:00, cuando se dieron cuenta que no éramos parte de los policías ni del ministerio público nos sacaron y entonces nos cambiamos de lugar, ya había otro camarógrafo de relevo, Javier.

Enrique Botello quien trabajaba con Zeta llegó como a las 11:00 se colocó en un sitio a un costado de la casa, desde donde podía tomar algo de imágenes con el telefoto, encaramado en el techo de su camioneta parecida a una combi de color azul.

Dejó que nuestro camarógrafo también subiera para lograr mas imágenes.

Hubo en el lapso una breve conferencia de prensa, donde Rodolfo Urbalejo entonces Subprocurador de Justicia anunciaba que más tarde se daría información oficial sobre los hechos.

El entonces presidente Municipal de Ensenada Manuel Montenegro había llegado al lugar, estaba desencajado, casi con él llegó el Delegado de la PGR José Luis Chávez.

Otros oficiales estaban en el Sanatorio del Carmen, Sonia Navarro, Subdirectora de averiguaciones previas, de la PGJE pidió que los dos testigos sobrevivientes fueron llevados al hospital militar de El Ciprés para que fueran protegidos lo que aceptó el ejército.

Alrededor de las 12:00 empezaron a llegar periodistas de Tijuana y de San Diego, uno de ellos, Enrique Tellaeche logró meterse, subir al techo de una de las casas y tomar la imagen que luego dio vuelta al mundo por medio de AP. Lo sacaron de inmediato.

A la una de la tarde empezaron a entrar las carrozas del Servicios Médico Forense y casi al mismo tiempo helicópteros de Tijuana y Estados Unidos con reporteros de Televisión, entre estos El Pegaso con Maricarmen Flores.

Se levantaron los cuerpos y finalmente a las dos de la tarde nos permitieron con restricciones entrar al lugar donde se efectuó la ejecución; una barda en donde había un gigantesco charco de sangre y huellas de disparos.

Era 17 de septiembre de 1998 las dos de la tarde, el sol caía a plomo sobre nosotros, hacía calor, pero yo sentí escalofríos y una sensación que no puedo explicar, pero que afectó a las decenas de personas que ese día, participaron como policías, ministerios públicos, reporteros, enfermeros o jefes en ese lugar.

Una que tiene que ver con la muerte de inocentes, a manos de cobardes que con el título de sicarios, por unas cuantas monedas, también matan niños.

PD. Vea el trabajo especial sobre este hecho que conmocionó a la ciudad hace diez años, esta en la sección de reportajes especiales.

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