Hace algunos años me tocó cubrir como reportera el asesinato a sangre fría de un jovencito que fue acribillado y muerto en la playa de El Ciprés, por soldados que le dispararon por osar entrar a su territorio, la entonces II Zona Militar.

Fue a mediados de los años 90, no recuerdo la fecha exacta pero este muchacho era de Ensenada, no era un delincuente y su homicidio generó entonces una condena unánime de la sociedad, pero a fin de cuentas una condena insuficiente.

Mucho tiempo ha pasado desde entonces pero si algo saben los Ensenadenses es que entrar a la guarnición militar de El Ciprés, por tierra, por mar o por aire, sin permiso es imposible.

Para entrar, incluso como reportero, se ocupa si no una invitación expresa si todas las identificaciones posibles, del medio que se representa, la credencial de elector, que te revisen el vehículo y por si fuera poco, que el mono que esta en la puerta este de buenas.

Es mas, para que se construyera el famoso puente que comunicará los Edificios del Estado y Municipio con la barda de la Guarnición y que originalmente se había proyectado en la esquina de Westman y Reforma, las autoridades civiles ocuparon hacer circo, maroma y teatro, por no decir de todas las reglas que debieron de cumplir.

Pero no es todo, el espacio que ocupa El Ciprés es un país ajeno dentro de una ciudad, algo así como El Vaticano en Roma. (guardando las debidas proporciones y con una gran disculpa a Roma y al Vaticano)

Ellos ( La ciudad de El Ciprés o el País Militar del Ciprés) tiene sus reglas y no tiene nada que ver con las reglas civiles, es como Las Vegas, lo que sucede en Las Vegas se queda en Las Vegas.

Pues bien, ese país con sus reglas muy particulares, siempre ha vivido en guerra, que se recrudeció especialmente desde que el actual Presidente de México los hizo intocables e impunes apoyado por Diputados ignorantes de la historia de México y del mundo.

Esa extraña nación llamada “El Ciprés” se rige por otras leyes y por otros fueros, que han permitido que en nombre de la “seguridad nacional” se desconozca, cuando miembros de su personal están involucrados en hechos delictivos, si los castigaron o los felicitaron.

Hay varios de estos asuntos pendientes, uno el más grave desde mediados del 2010 cuando irrumpieron en una graduación en el Estero Beach y pese a la multitud dispararon dentro del salón social.

En este caso se turnó a la Justicia militar y nadie sabe, nadie supo si en realidad se investigó o se castigó a alguien por esto, pese a las declaraciones del General Sergio Hernández Chávez vertidas antes de marcharse de Ensenada donde estaba al frente de la Guarnición Militar del Ciprés.

El caso mas reciente, es del 31 de diciembre del 2010 y su gravedad estriba en que refleja la impunidad con que los militares actúan frente a una sociedad civil.

En esta historia de nuevo los militares son protagonistas de un hecho delictivo en perjuicio de civiles, dos ladrones de autos, que brincaron la barda de la guarnición y pese a ser reconocidos por agentes policiacos presuntamente fueron protegidos por los mismos militares.

Hubo varios testigos, del suceso y una gran impotencia ante la impunidad y la desvergüenza de los militares, al asegurar que en ese lugar no había ocurrido nada y los identificados como ladrones, no lo eran.

Sin embargo aunque los militares aseguren que no era uno de ellos, todo apunta a que si, porque de haber sido cualquier otra persona con calidad de civil, lo mas seguro es que al cruzar su frontera, hubieran sido acribillados, al menos, eso es lo que hasta ahora a los Ensenadenses la historia de convivencia forzada, nos ha enseñado.

PD. Es algo así como que, camina como pato, tiene plumas, pico y hace cuac cuac y nos dicen que es rinoceronte… Si como no.