Las cartas están ya sobre la mesa, las tricolores y las blanquiazules ya sacaron sus ases, aunque el juego, no es precisamente entre quienes hubieran apostado muchos que se jugaría.

Rogelio Appel Chacón y Cesar Mancillas Amador, uno Saurio y otro descendiente de uno, pero saurios al fin de dos partidos que luego de una década de intercambios de posiciones han demostrado que la única diferencia real son los colores.

Posiblemente al principio hubo un intento del blanquiazul de poner en práctica todo lo que aseguraban que eran.

Posiblemente al principio cuando Ensenada fue llamada la cuna de la democracia fue factible intentar demostrar quien era el mejor y quien podía hacer mejor las cosas.

Sin embargo la realidad muy pronto alcanzó a las buenas intenciones y no solo eso, también las rebazó.

Nepotismo, transas, abuso de autoridad, tráfico de influencias, grilla, patadas por debajo de la mesa, venganzas, chivos expiatorios una larga lista en la que el enemigo mas malvado ha sido del mismo bando.

Esto aderezado con traiciones, un escenario que han presentado ambos partidos pero que en el PRI, hay que aclarar se ha contado con la virtud de la discreción o la alineación que dan años de entrenamiento.

Ambos contendientes en lugar de tener como aval a su partido, pudiera decirse que lo tienen como freno.

Los dos partidos en esta ciudad, no gozan de buena fama pública y en ambos casos se lo han ganado a pulso.

Ambos contendientes como personas son buenos, por lo menos no les conozco hasta ahora nada como para decir lo contrario.

Don Rogelio es un político y líder nato, sabe negociar, es agradable y si bien circula acompañado de algunos dinosaurios cafetófagos, ha sido coherente entre lo que hace y lo que dice.

Es paciente y tenaz, y tiene un grupo con mas amigos que enemigos al interior del PRI con capacidad de sumar.

No cuentan con recursos económicos inmediatos, no tienen cajas chicas o arcas públicas a la mano, son conocidos en el campo y en el se le reconoce como líder del partido.

Cesar Mancillas no es político, es agradable a la gente, sabe negociar y tiene a su favor la memoria inmediata que lo asocia a Desarrollo Social del Estado donde actuó el papel de Don regalón.

Tiene como lastre un alcalde peleado con la Ciudad, un Partido que se dividirá en las próximas semanas cuando inicien las campañas por la alcaldía, como consecuencia de las heridas que se recibieron en el combate.

Tiene a la mano, todo el apoyo de desarrollo social del estado que como Santa Claus empezará a desparramar lana en la ciudad, un gobernador que empezará a visitar Ensenada de manera constante como hizo con Pablo Alejo y que repetirá porque Cesar es uno de sus hijititos.

El campo de nuevo en este extenso municipio pudiera ser la diferencia, un campo que sabe quien es Rogelio, pero que posiblemente nunca ha escuchado hablar de Cesar a menos que tengan paneles solares que regalaba SEDESOL.