Dicen que en la guerra, en el amor y en la política todo se vale y si bien la inhabilitación de Rubén Ayub es un acto de justicia, también es cierto que muy bien pudiera traducirse como un sacrificio político en periodo electoral, el segundo luego de Anselmo Saad.

Con esta sospechosa inhabilitación luego de dos años y garra, de haberlo sostenido como Director de Desarrollo Urbano y Ecología, todo apunta para los malpensados como yo, que para eso me pagan, de que el objetivo es uno muy diferente a limpiar la administración municipal.

Rubén Ayub como diría uno de mis mejores amigos, es un Chivo respiratorio, familiar cercano de los chivos expiatorios que son mas decentes, de una de las administraciones públicas mas turbulentas, truculentas, espeluznantes y feas de las que Ensenada tenga memoria.

Desde su inicio se distinguió por su separación casi inmediata de la sociedad, por la política de enfrentamientos y enconos gratuitos con cualquier cosa que se moviera y con lo que no se moviera también, si no me cree ahí están Cuahutémoc y Juárez el primero nadie sabe donde quedó y el segundo primero lo querían destituir de su posición en la glorieta de Juárez y Cortez y el domingo el mismo que lo quería desparecer le llevó flores.

Pero el tema no es ese, es un conveniente, oportuno y público acto donde Ayub sencillamente es separado de su cargo, porque resulta que todas las transas de que le acusaban hace mas de un año los vitivinicultores de Valle de Guadalupe eran ciertas o al menos eso consideró el Síndico.

Pero el de Kino Gas es solo uno de muchos asuntos donde Ayub fue señalado por diversos actores de la sociedad otro cuyo final aun no se ha dado a conocer al igual que el avance de las investigaciones es el caso de la Isla de la fantasía, conocida también como la Isla de Cabal aunque en realidad se llame San Martín.

Una Isla valuada en la administración que corre por alguien, como diría el Longe Moco, nadie sabe y nadie supo en un lanonon (término vulgar que significa mucho dinero).

Otro asunto en el que sale a relucir el nombre de Ayub muy bien acompañado por cierto por otro apellido Catalán es el de las regasificadoras donde hay una historia que hubiera puesto verdes de envida a los funcionarios del gobierno del Distrito Federal a quienes los quemaron por 45 mil dólares y 2 millones mientras en este asunto se hablaba de 15 millones de dólares y aunque nadie negó el asunto, pasó a la posteridad como una anécdota mas, pese a la gravedad que entrañaba.

El otro asunto pendiente es el del relleno sanitario, una licitación que fue cuestionada por los participantes y donde acusaban algunas de las partes de un sospechoso resultado con una mas sospechosa aún asignación de terrenos en el lugar equivocado.

Hay otros asuntos mas, pero en todos, van juntas dos personas siempre y sería interesante saber, quien era el operador y quien el beneficiario, como esperar también, saber quien definió la salida de Ayub en realidad y que beneficio pudiera traer esta al Partido.

Porque venirnos ahora con el cuento de que Rubén Ayub era muy transa y no se habían dado cuenta, no se las cree ni su abuela.

He dicho...

P.D. lo irán a liquidar?

P.D. Si ya se sigo de malpensada.