Los pelos de la Mula y Los festivales.

Nota publicada el 9 de mayo de 2004
por Elizabeth Vargas

Desde que tengo uso de razón, aunque mas de uno dude de la misma y el buen uso que pueda hacer de ella, (de la razón) una de las cosas mas abominables que creo se han inventado sobre la faz de la tierra son los festivales del Día de la Madre.

No se a quien se le ocurrió, que una explanada en una escuela con el sol cayendo a plomo sobre la cabeza de las pobres mamás era una buena idea, sin contar el suplicio que lo antecede y que implican colas en las retacerías, en la costurera, en un accesorio "x"que para el pobre chamaco no traerlo resulta en un trauma.

De hecho creo que lo de los festivales, tiene que ver con eso, con un trauma, porque cuando tenía nueve años me negué a participar en un festival y el 10 de mayo mientras todos estaban en las escuelas festejando a su mami yo me tomé el día libre.

Mi mamá no compartía mi negativa a participar en los festivales o asistir a los mismos y por la tarde ella estaba un poco molesta, yo en lugar de discutir, algo extraño porque siempre rezongaba, me fui a la tienda y en el camino me mordió un perro.

La herida requirió varias puntadas y un susto mayúsculo para mi mamá que me tuvo que llevar de emergencia a curación y al bajar del carro se agarró una mano lo que le provocó un enorme moretón durante varias semanas y a mi una regañada mayúscula y un eterno complejo de culpa. Porque nada hubiera sucedido si hubiéramos ido al festival.

Pero esa culpa derivó en la fobia a los festivales de día de madres, que se acrecentó el día que no me quedó mas remedio que siendo mamá también, tuviera que soportar, tres horas en un festival.

En estos festivales, los directores o directoras se adueñan del micrófono, hablan y felicitan a las pobres mamás que ya tienen mas de media hora en el sol, cuando su única felicidad real sería ver bailar, cantar o recitar a su bebé y salir huyendo con rumbo a la sombra mas cercana.

Pero son por lo regular seis grados y 12 grupos, con intermedios para rifar regalos lo que te ocupa por lo menos tres horas hábiles en las cuales, debes ocupar para sentarte si te toca silla, un mesabanco de primer año, en el cual caderas de talla 7 ya tienen problemas serios para caber, ni hablar de 7 meses de embarazo.

No es todo tres horas en el sol, mesabanco de primero o de cualquier grado menor a sexto, es un suplicio no un festejo.

No falla en todo festival de las madres que se precie de haber sido exitoso, especialmente en el de los kinders, un pequeño que vestido de árbol, mariposa, bailarina, flor, papa, lechuga o pájaro se niegue terminantemente a participar, aunque ya este disfrazado.

A menos el mío esta en ese grupo, ya que vestido de pollo, y con cuatro años de edad, se negó una vez a bailar en un festival convertido en un autentico pollo enchilado.

Pero eso no es todo, lo que antecede al festival es otra historia, desde la manufactura del regalo para mamá, yo guardo aun tarjetas de mis tres engendros de jardín de niños, pero los de primaria regularmente piden algún material que cuando lo buscas ya está agotado.

Y si no esta agotado, es muy caro, la cola para comprarlo es muy larga o de plano ya te cerraron el negocio porque no coincide con tu hora de salida de trabajo.

Por fin logras resolver el conflicto, tienes un regalo que debía ser sorpresa pero en realidad tu terminaste confeccionándolo y entonces te preparas psicológicamente a llegar al festival que se hace en tu honor.

Llegar a una escuela donde encontrar estacionamiento es tan difícil como convencer a tu hijo que las verduras son tan deliciosas como la nieve y luego con tacones altos y ropa nueva ir en busca de tu microminimesabanco.

Si no fuera porque en ese festival casi al final tu bebé sale cantándote las mañanitas con un total desafino o baila vestido de charro o china poblana equivocándose 5 de 6 pasos o te recitó Mamita Linda, podrías decir que aparte de abominable fue aburrido.

Sin embargo lo mas seguro es que hasta en plan de Grinch femenino termines al ver a tu hijo, con un nudo en la garganta y fascinada por el pequeño individuo que apenas ayer traías en brazos y ahora esta aprendiendo cosas sin necesitar que tú lo hagas por él, sino para que tú te sientas orgullosa de lo que él hace. TAN TAN.

P.D. Por cierto todavía me quedan cinco festivales de Día de Madres, pero mi bebé ya me platicó como un secreto, el poema que me recitará.

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