Los pelos de la Mula y el Congreso

Nota publicada el 14 de junio de 2004
por Elizabeth Vargas

Lo ocurrido este fin de semana en el Congreso del Estado ofrece a los que así lo quieran leer, una serie de señales en donde de pronto la legislatura que todos sospechaban era manipulada por un titiritero azul, se enredó en sus propias cuerdas y cayó bajo su peso.

Resulta increíble que hayan sido necesarias, patadas en las puertas, gritos, gases lacrimógenos y muy seguramente insultos, para que los representantes populares asumieran la responsabilidad que les corresponde con la sociedad.

Resulta mas absurdo que los legisladores mantengan sin el menor recato y vergüenza, una posición donde privilegien el interés de un partido político y no el de la sociedad y la comunidad a la que representan.

Resulta vergonzoso, si lo que las crónicas de los hechos aseguran que sucedió es cierto, que hayan movido documentos y papeles con la esperanza de sacarlos antes de que la fracción contraria pudiera verlos.

Esto indica algo turbio, muy turbio donde se protege, algo o alguien, ojalá la investigación periodística ponga al descubierto el quien.

Es absurdo que haya sido necesario un enfrentamiento entre legisladores, para que la demanda de juicio político, en contra el Alcalde de Ensenada pudiera proceder, cuando los responsables de la Comisión controlada inicialmente por el PAN, la declararon improcedente por falta de documentos probatorios.

Es absurdo que hayan tenido que desconocerse a nueve legisladores porque no asistían cuando cobran mucho dinero por lo que presumiblemente hacen.

Desde hace muchos años, los mexicanos, los bajacalifornianos vemos con preocupación como los gobernantes salvo honrosísimas excepciones se han negado sistemáticamente a trabajar por el bien de la sociedad.

Sus intereses son mezquinos, son por un partido político, por un hueso, por el puesto que sigue, por una chamba para alguien de la familia o para el amigo.

La mayoría se destacan por la mediocridad de su trabajo y si no lo cree, piense en el nombre y acción de dos diputados para quienes realmente la labor legislativa haya sido destacada y haya logrado promover una ley trascendente para la entidad, ya sea en el plano federal o local.

Es dramático saber que no podrá hacerlo.

Los legisladores que ayer desconocieron en el Congreso, son iguales a los que ellos criticaron años atrás, quizá son peores, porque hicieron creer a muchos que la separación de los poderes era cierta, sin embargo era mentira.

Los diputados panistas son empleados del gobernador, igual ahora que hace una década los del PRI, donde nada se movía sin la orden del dedo supremo, es diría un conocedor, “la misma gata, pero revolcada”.

Independientemente de las decisiones que se tomen, resulta obvio, que para que las cosas que pasaron, pasaran, un nuevo titiritero, que apenas estuvo de visita unas horas haya jalado los cordeles que sostenían a las marionetas y estas reaccionaron.

Son ahora títeres que de pronto descubrieron como Pinocho, que tenían vida propia y fuerza, aunque sería interesante observar si tienen cerebro y lo saben usar porque una cosa es que inicialmente hayan planteado cambios y otra muy distinta que las acciones realizadas tengan como objeto realmente el beneficio de la sociedad o como los malpensados sospechamos, sea un acto tan electorero como la recolección de basura de Catalán y las inauguraciones del señor gobernador.

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