Este fin de semana aunque muchos políticos con la estupidez que los caracteriza no lo hayan entendido, la movilización social efectuada en el Distrito Federal es una señal que debe ser atendida porque marca a todas luces, que la gota ha derramado el vaso.

Es la señal de una sociedad que salió a manifestarse harta de permanecer en una ciudad donde viven como presos, porque los que debían estarlo operan con total impunidad amparados en leyes judiciales permisivas y autoridades corruptas.

Observar familias adoloridas por las injurias y pérdidas que han sufrido debido a la delincuencia, es muy triste, igual que escuchar las historias de dolor contadas por un padre al que asesinaron a su hijita secuestrada porque no pudieron pagar el rescate.

Era una historia de muchas que se contaron ese día, donde los homicidios, amputaciones, lesiones de gravedad, secuestros, violaciones se han convertido en el pan de cada día, pero también en algo, que ya se hartaron de vivir.

En este espacio, fue también dramático observar después la declaración desafortunada e imbécil del Jefe de Gobierno del Distrito Federal que en lugar de escuchar y atender los reclamos ciudadanos, como es su costumbre, dijo que era producto de una mano negra y de un complot.

En serio, se ocupa ser muy estúpido para realizar una aseveración como esa, el sujeto en cuestión olvida que para una marcha de esta naturaleza se requiere un cosa que muy pocos pueden presumir: Poder de convocatoria.

La sociedad es un ente extraño y debe estar muy harta para sumarse en una manifestación como esa.

Una de las críticas emitidas por el Gobierno del Distrito Federal se refería a una mano negra que provocó ese complot. Insisto, solo un tonto puede creer algo así, pero cuando un sujeto como sucede con López Obrador es mesiánico e hipócrita, no se puede esperar menos.

Pero no es la primera declaración desafortunada de este señor, antes defendió a quienes en tele y a todo color recibían dádivas a cambio de hacer actos corruptos y aseguró que era un complot, cuando debió pedir para ellos la mayor severidad posible de la justicia, para esos actos.

La marcha aunque el señor le moleste es una respuesta de una sociedad cansada, harta de cifras y maquillajes de datos y estadísticas.

Un hijo, un esposo, un niño muerto o mancillado nunca será justificado con ninguna cifra ni con un anuncio espectacular.

Sin embargo, eso no lo pueden entender muchos políticos, su cerebro no tiene esa capacidad y sus principios morales menos.

Desde hace mucho tiempo, la descomposición de los partidos políticos en nuestro país se hace cada vez mas evidente, como evidente se hace también la reacción ciudadana a la inoperancia y la inefectividad.

Pero lejos de que alguno de sus representantes del gobierno y los partidos, den una muestra de respeto a la sociedad y una acción inteligente y conciliadora que promueva una búsqueda conjunta de soluciones en beneficio de todos y no del interés de unos cuantos, se hayan inmersos en una campaña política con destino al 2006, que inició a los 10 minutos que Fox tomó la presidencia.

La sociedad cuando se harta se mueve, actualmente no hay líderes visibles pero las condiciones están dadas para que surja uno o para que los grupos sociales se organicen y obliguen a que uno de los poderes, ejecutivo, legislativo o judicial actúen para poner en orden una casa donde las cabezas tienen meses de vacaciones.