La semana pasada, escuché con gran indignación dos noticias que me sacudieron el espíritu nacional, el primero los 20 millones de pesos que le faltan a Cicese y que obligarán a reducir salarios a los investigadores, junto a la acusación a Isesalud de ocupar la mayor parte de su financiamiento para el grupo Próvida el 38% de los recursos de salud.

Me llenó de indignación saber que uno de los pocos Centro de Investigación Científica del país, es puesta de lado por el gobierno federal y la Secretaría de Hacienda quien ha resultado excelente para fiscalizar a quienes trabajan y para hacerse Endeja con los que como Próvida persiguen otros fines muy ajenos a la salud de los mexicanos y cuyas cuentas resultan poco claras.

En el caso de Cicese, conozco varios destacados investigadores que serían la envidia de centros internacionales y que con las uñas realizan su chamba, una chamba que desafortunadamente para ellos no implica votos.

Logros de estos hombres y mujeres son muchos, sin embargo su trabajo parece no ser apreciado por un gobierno cuyos dirigentes empresariales, perdón sus secretarios del sector público hacen ahora lo que tanto tiempo criticaron, en lugar de promover el desarrollo científico del país, prefieren importarlo o en caso de necesitar desarrollo acudir a las universidades privadas.

Lo grave no es que acudan a las Universidades Privadas, que tiene valiosísimos investigadores, sino que las promesas de impulsar este desarrollo en los centros de investigación pública, lejos de cumplirla, parecieran decididos a acabarlos.

Me comentaba un amigo científico que un investigador Estadounidense tiene para un proyecto anual disponibles 160 mil dólares.

Un investigador mexicano en cambio tiene para un grupo de diez investigadores un Presupuesto anual de 16 mil dólares y ahora lo pretenden reducir.

Si bien no se puede comparar un país con otro, en cuanto a recursos y en cuanto a impulso a la investigación, algo es grave que los pocos cerebros que desarrolla la nación, sean contratados primero en otras naciones porque en México, están tan ocupados en la grilla y en la silla que se ha olvidado como nunca del desarrollo.

Podrían aducir los Secretarios de Estado que el repoblamiento de cóndores, de totoaba, de borrego, cimarrón, los estudios sobre atún, sobre el fenómeno del niño, sobre el desarrollo de la minería, las corrientes marinas y cientos de proyectos mas no son importantes porque cuestan al país y no se pueden ver traducidos de inmediato en dinero contante y sonante.

Sin embargo, estos estudios son los que permiten planear, establecer prioridades y determinar los caminos por los que hay que transitar, especialmente en un país como el nuestro donde es necesario que investigadores puedan levantar la voz y guiar en los espacios donde saben lo que el resto desconocemos.

Sin embargo mientras se le eliminan recursos a un Centro de Investigación Científica, nos enteramos que se le entregan recursos a Próvida, para que los gaste en plumas Mont Blanc y en tangas.

Eso se llama aquí y en China, No tener progenitora, porque si el Presidente, su esposa, el Secretario de Trabajo y el de Salud quieren darle lana a Próvida deben hacerlo de su propia bolsa, no con recursos de un país donde lo que menos se ocupa actualmente son organizaciones promotoras de ideas medievales.

Lo mas grave es que sea Isesalud un organismo donde se debe de actuar con total transparencia y criterio científico de donde sale dinero para una organización donde sus fundamentos carecen de todo sustento científico.

Es tiempo de que Hacienda y el gobierno federal respondan claramente porque.