¿Que tan hartos deben estar ya los adolescentes, de los viejos dinosaurios, corruptos y desgastados, llenos de vicios y flojera para llamar a clases a sus profesores y exigir cordura?

Esa era la pregunta que me hacía el jueves cuando observé a los muchachos del Cobach. que a diferencia de sus maestros han entendido que el tiempo apremia, que el concimiento si cuenta y los paros y plantones no tienen simpatías de nadie.

Me preguntaba también ¿qué culpa tienen esos jóvenes de las grillas de los maestros y del sindicato de los maestros?, ¿Cómo le harán cuando presenten los examenes para entrar a la universidad y no pasen porque les faltaron materias por ver?

¿ Sentirán vergüenza frente a sus alumnos? ¿ Entenderán lo que esta palabra significa?

Mucha personas me han preguntado indignadas ¿ oiga y mientras hacen este paro, el gobierno les paga los sueldos por no hacer nada y de paso afectar a los muchachos?.

Me preguntaban ¿realmente merecen aumento salarial? ¿ realmente lo devengan? ¿ y todas las veces que los muchachos regresan antes a casa porque no llegó al maestro a trabajar? ¿ con que cara pueden pedirle a los jóvenes buenas calificaciones, ya no a sus alumnos sino a sus hijos?.

¿ No hay otra forma de protestar? ¿Por qué deben pagar sus alumnos?

Pero el show magisterial no se circunscribe al Cobach, va mas allá, ese es solo uno de los focos, lo cierto, lo obvio y lo notorio es que los maestros no quieren trabajar.

Hay otra historia, la de los maestros de primaria del SNTE quienes por haber perdido el liderazgo sindical, cuya corrupción notable, notoria, conocida e histórica fue rebasada por ellos mismos y ahora también hacena paros.

Luego el nuevo Sindicato Estatal, que nace con los mismos vicios, mugre y corrupción del herido de muerte SNTE, donde no conocen otra forma de presionar que faltar, hacer paros y tomar oficinas, porque es la mas cómoda y las mas agresiva.

¿Porque es cómoda? porque sencillamente no hacen nada, toman café, leen periódicos y revistas, se rascan la barriga y grillan, a sabiendas que sin mover un dedo, el salario seguirá entregandose puntualmente. ¡No es justo!.

Pero lo mas grave es que son los ejemplos de nuestros hijos, son a quienes ellos están siguiendo y quienes los califican cuando su calidad moral y ética no tiene nada de lo uno ni de lo otro.

Y los maestros que quieren trabajar, no pueden porque el sindicato entoces se los friega –absurdo no-

Pero eso merecen las autoridades y los ciudadanos, las primeras por permisivas y por no haber establecido reglas en las cuales los maestros como todos los trabajadores en el mundo cubran una cuota laboral no de cuatro horas y media como los de primaria o quiza cinco como los de secundaria, sino de ocho como todos aquellos que laboramos en la iniciativa privada.

Con evaluaciones, no de las autoridades hacia los maestros, sino de los padres y los alumnos hacia los maestros, donde se mida en las preparatorias, por ejemplo el nivel de reprobación, cuando un maestro reprueba a todos sus alumnos o a la mayoría, no es que los alumnos no sepan, sino que el maestro no sabe enseñar...

En las primarias, se eliminen de una vez por todas, el derecho a que en horarios de clases, los profesores asistan a juntas sindicales. -Si quieren pertenecer a una asociación que lo hagan en sus horas libres y en ellas grillen- No al revés.

El asunto da pena, a los profesores les ha pasado lo mismo que a los policías y a los políticos.

Pregunte usted al azar a diez personas si confían en la policía.

Le responderán que no solo no confían, sino que le temen, de los políticos le dirán que son corruptos y convenencieros y de los maestros que son unos “huevones”.

No, no me crea, haga la encuesta y aunque usted no lo crea. Me daría mucho gusto estar equivocada.

P.D. Por cierto, hay maestros y policías que son honrosas excepciones, a ellos, mis respetos.

P.D. Pobre de aquel padre de familia que se queje.... su hijo es el que lo paga.