Los Pelos de la Mula.. El choque.

Nota publicada el 19 de diciembre de 2006
por Elizabeth Vargas

Imagínese usted en horario de trabajo, a bordo de un vehículo de su empresa, dirigiéndose a un encargo de sus jefes donde un desafortunado accidente provoca que usted choque.

Usted, no esta ebrio, va manejando con cuidado pero veloz, con luces y sirenas.

Es algo que ha hecho miles de veces pero hoy, las circunstancias cambian y estas generan un gran accidente en el cual muere una persona y siete mas resultan lesionados; entre ellos usted.

Imagínese que pese a los golpes sufridos, lejos de quejarse, intenta ayudar a los lesionados y con dolor, descubre que una mujer quizá una madre de familia, de esas que usted ha ayudado tantas veces ha muerto.

Imagínese usted que al tomar conciencia de los hechos mientras esta hospitalizado, se entera que esta acusado de homicidio imprudencial y lesiones y que la empresa para quien trabaja, no solo no ha reconocido su labor y trata de ayudarlo, sino que se lava las manos y hace como que no es su problema, sino de usted.

Descubra entonces que tras 24 años de trabajo como paramédico, poseedor de numerosos reconocimientos por su trabajo, su futuro apunta hacia la cárcel porque no cuenta con los 136 mil pesos de la fianza que exige el Ministerio Público y por si fuera poco, sus jefes se lavaron las manos y con indiferencia a la situación, sencillamente han dicho, “que vaya a la cárcel, porque no hay con que pagar”.

Le parece justo, le parece ético, le parece un acto benemérito, o le parece un acto egoista, y falto de iniciativa para buscar apoyar a un compañero en desgracia por parte de los Administradores.

Califíquelo como usted quiera, lo cierto es que Juan Carlos González, “el pato” es un paramédico que ha sido el maestro de muchos de los jóvenes que trabajan actualmente en la Cruz Roja, los cuales a diferencia de los jefes, sacaron la casta en un acto de solidaridad.

Es cierto, que esta vez “El pato” es el presunto responsable de un accidente donde perdió la vida una persona, sin embargo también es cierto que gracias a él, no una sino cientos de veces, se han salvado no una sino muchas vidas.

En la sierra, en la carretera, en el mar, en las calles de la ciudad , en incendios en los lugares a donde acude, alguien que como él tiene una misión que le apasiona, salvar vidas.

Si por el hubiera sido, nunca hubiera ocurrido una desgracia así, pero ocurrió y lejos de recibir el apoyo de sus jefes, le dieron una patada, le dijeron “rascate con tus uñas”

El lugar de Juan Carlos González es similar queramos o no, al de cientos de trabajadores, gubernamentales y privados, quienes a la hora de la verdad, por un error administrativo “no se pagó el seguro” deben pagar no solo con sus propios salarios, (por cierto los que no obtienen en un año de trabajo) sino con su propia libertad.

Cual es el mensaje a los cuerpos de rescate, de seguridad y a las corporaciones, uno solo, ante un hecho que no fue planeado sino accidental la tragedia mayor, no es hoy solo la muerte de una nujer, sino la indiferencia ante un hombre cuya unica misión en la vida ha sido siempre ayudar.

P.D. Afortunadamente sus compañeros si lo reconocieron y en parte esta presión sirvió para que el Ayuntamiento entrara al quite.

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