Los Pelos de la Mula, Pobres Periodistas.

Nota publicada el 12 de abril de 2007
por Elizabeth Vargas

Esta semana causó conmoción nacional el asesinato de un corresponsal de Noticieros Televisa, en Acapulco, Guerrero, adjudicado al crímen organizado.

Como ocurre ante este tipo de sucesos, todos los sectores: empresarios, políticos, religiosos, periodísticos y hasta culturales, levantaron su voz y condenaron el asesinato que una vez más “llena de luto a la prensa mexicana”.

Por supuesto como en las ocasiones anteriores hubo manifestaciones indignadas de la prensa internacional por las “condiciones de inseguridad que privan en el país” y para variar, los legisladores “condenaron unánimemente el homicidio”.

Al escucharlos, no pude dejar de pensar en la hipocresía y en la realidad que enfrentan los periodistas mexicanos que como nunca antes suman a dos enemigos, uno de fuera malévolo como nadie (narcotráfico) y el enemigo en casa (sus propias empresas).

El trabajo de los periodistas mexicanos es en la actualidad uno de los mas malpagados de México, donde los Directivos de los medios aprovechan las lagunas legales, laborales y por supuesto el hambre para haber hecho de esta una profesión de pobres.

El del Narco de más esta decirlo, lo mas que hace son atentados, ejecuciones o desapariciones (en versión rápida); sin embargo las empresas de Comunicación son los responsables de ejecutar a la prensa (en versión lenta).

Todos los medios de comunicación, sin excepción, tratan de pagar por honorarios a sus periodistas y con ello, evitar prestaciones, seguros de gastos médicos, salarios justos, aguinaldos y vacaciones entre otras cosas.

Las televisoras están en el club, pero no están solas, lo hacen junto con radiofusoras y periódicos.

Lo hacen porque ningún Secretario de Trabajo en su sano juicio mandará inspectores para confirmarlo, porque la ley lo permite desde hace mas de 20 años y porque los reporteros no pueden denunciar al que les da de comer o malcomer.

¿Mas? Para todos la imagen de un periodista de televisión es glamorosa, se piensa en los reporteros de Estados Unidos o corresponsales extranjeros y uno que otro corresponsal nacional.

Sin embargo la realidad es otra. Conozco reporteros que andan a pie pese a tener vehículo porque no pueden pagar la compostura de su unidad.

Otros no pueden ir al médico porque no pueden pagar una consulta y mucho menos una medicina. ¿El IMSS? Solo lo usan los suicidas o quienes llegaron a ese lugar inconscientes.

La mayoría de los periodistas tenemos dos, tres y hasta cuatro trabajos, no porque seamos muy chambeadores, sino porque es la única manera de mantenerse con lo caro que está la vida, especialmente si tienes hijos, casa, mujer, marido o simplemente ocupas comer de vez en cuando.

Si, los que son decentes, para sobrevivir, tienen que hacer malabarismos.

El reportero asesinado, estaba en ese club, tenía oficialmente tres chambas, tele nacional, tele local y radio... probablemente como en el caso de la mayoría, solo le pagaban una o dos de las chambas, porque al contratarte un medio asume que tiene derecho sobre tu información, que vende pero no reporta de eso ni un centavo al periodista.

Pero la realidad de la prensa mexicana no para ahí, a todo esto se suma el manejo informativo, donde a las empresas lo que menos les interesa es la seguridad de sus reporteros; por ganar una noticia, acción que podría justificarse si este riesgo fuera pagado por quien lo exige y que en México se ha resuelto con un sello de “redacción” en donde no solo ya no se paga la nota, sino que se descuenta... o te la firman sin que puedas opinar.

Sin embargo, la mayoría de los periodistas, los que estámos en el mitote, estamos porque nos gusta el trabajo, aunque detestemos a los jefes o no estemos de acuerdo con ellos, ni con los patrones.

Estamos por un espacio donde buscar información para luego publicarla y por padecer esta adicción, terminamos atorados en este sistema que desde que tengo memoria es igual y tiende a empeorar.

Sin embargo, si pediría a todos aquellos hipócritas que les afecta mucho que maten a un reportero los narcos, (de uno, dos o tres balazos y rápido) que no olviden que hay algunos otros que lentamente, poco a poco, y con bastante estrés de por medio lo hacen a diario. Lo que escribamos u opinemos los reporteros o Dios, tratándose de sueldos, les vale literalmente Madre.

P.D. ¿Me correrán después de esto?

P.D. Lo escribo yo y esta firmado por mi, a nombre de todos los que no tienen en donde hacerlo (sus medios).

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