Recuerdo la primera vez que escuché hablar del aborto, debo haber tenido 14 años y estar en tercero de secundaria, en un colegio de Monjas donde el tema era impensable.
Lo platicaron a modo de secreto y cuchicheo algunas de las chicas del grupo de mayor edad (15 años) y se referían a otra muchacha conocida de ellas, cuya mamá acababan de llevarla a San Diego a abortar.
La jovencita en cuestión era una chica de buena familia, que cometió un desliz con el novio y como el novio no cumplia las expectativas de los suegros, simple y llanamente erradicaron el problema.
Lo cierto es que analizado a distancia, comprendes que a los 15 años nadie tiene edad para ser madre y la mayoría de las adolescentes que resultan embarazadas lo hacen por accidente, con información o sin ella y casi siempre sin desearlo.
Hablaron como lo hacen ahora de las distintas maneras de causarse un aborto, sin que sus padres se den cuenta y las pastillas, inyecciones, tés y comadres que había entonces y hay ahora.
Tiempo mas adelante conocí otro caso, una joven, casada con todas las de la ley, cuyo bebé nació con un problema genético que conforme pasaba el tiempo empeoraba.
Un tiempo después, se embarazó de nuevo, pero el temor de que su bebé naciera con problemas, la hizo decidirse por abortar, también en San Diego, hecho que le generó una gran depresión de la que finalmente salió.
Otro caso tuvo que ver con una conocida que vivía en un rancho donde alguna vez di clases. Ella tenía siete hijos, el mas pequeño de dos meses de edad y acababa de embarazarse de nuevo.
Una de las mujeres viejas del rancho le dio algunas yerbas para hacer té, yerbas que luego supe eran tóxicas y que si bien la hicieron abortar, también mantuvieron a la mujer al borde de la muerte, de la que para fortuna de los otros hijos logró remontar.
Lo cierto es que el tema del aborto en México es una realidad y la ilegalidad del mismo ha generado como en el caso de las drogas un mercado negro y clandestino donde las únicas víctimas son las mujeres que cometieron el error de embarazarse.
Desafortunadamente las que son víctimas mortales de los brujos, parteras y médicos clandestinos son las mujeres mas pobres, con menos información y atrapadas muchas veces por una sociedad que las señala y juzga, en lugar de ayudarlas.
En los tres casos y en otros que he conocido hay algo que si es cierto, las mujeres que abortaron bajo cualquier circunstancia no lo han olvidado, llevan una carga mayor o menor de dudas sobre su embarazo interrumpido.
El tema del aborto si bien es ahora un asunto de juicio, de salud y de leyes, es también un asunto de convicciones donde pese a controles e ilegalidad es un hecho.
Si no lo aprueben seguirá ocurriendo con un alto costo de salud para el país y en especial para los que menos tienen, los otros con legalización o no. se segurián yendo a San Diego o a Phoenix o a Nuevo Laredo.
En el tema del aborto aquellos cuyas convicciones no esten de acuerdo, aunque se apruebe por ley simplemente no lo practicarán.