Los Pelos de la Mula: El regalo azul

Nota publicada el 26 de diciembre de 2008
por Elizabeth Vargas

Era un regalo azul y brillante, con un moño plateado con dos esferas en combinación; me lo entregaron con una sonrisa y un beso el 20 de noviembre junto con una frase que cada vez que la escucho, me derrite... Mamíta yo te amo.

El regalo, de navidad me lo hizo mi hijo de 12 años Roberto, quien luego del beso y la frase, me preguntó a bocajarro ¿ y no lo vas a abrir ahorita?.

La respuesta inmediata fue no, hasta navidad, porque es un regalo de navidad. Y yo oficialmente soy una mamá lógica... bueno... algo lógica.

El regalo, tiene mas valor de lo que pudiera costar, porque para él, esta navidad como nunca, representó un esfuerzo extra.

Roberto, decidió que le regalaría a todos y el 20 de noviembre dio inicio a este proceso, en el cual para lograrlo, sencillamente se puso a trabajar los fines de semana vendiendo donas entre los vecinos.

Pero no solo eso, reunió los pocos o muchos domingos que pudo y empezó a comprar cada vez, regalos para tíos, primos y hermanos, en la medida de sus posibilidades y más de una vez, solicitando algún adelanto de domingo, que debo aclarar, tiene por ahora en artera vencida.

Desde el 20 de noviembre y hasta el 24 de diciembre sin falta, me preguntó si no tenía curiosidad por el regalo, e incluso me dijo que esperaba que me gustara mucho.

Honestamente, yo bailé con el regalo, lo presumí porque independientemente de lo que tuviera dentro, era el esfuerzo de mi hijo, para darme algo que él decidió, a él le costó, y por si fuera poco, me colocó a mí, como prioridad en su escala.

Pero no solo eso, al ver que aunque diario preguntaba si abriría el regalo y no lo hacía, optó por darme otro regalo, pero este desenvuelto, un simpático oso de peluche, de color blanco que tenía abrazado un estuche en forma octagonal con bolitas de chocolate.

Ambos regalos, significaron mucho más de lo que el se imagina porque son de regalo su amor, su inocencia, su capacidad de dar y desprenderse de lo propio para dárselo a alguien mas y disfrutarlo.

Era Mi regalo de navidad, en la caja con papel azul brillante, su favorito que al abrirlo, descubrí que tenía dentro, un beso de chocolate de tamaño gigante. Por el que en el siguiente momento de abrirlo el mismo Roberto me preguntó ¿ Y cuando lo partas, me vas a dar?

P.D. No cabe duda, aparte de amor, tiene la inocencia y salud, suficiente para no preocuparse aun por calorías y azúcar.

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