Vienen en diferentes empaques, de diferentes colores, con distinto sonido que puede ser muy dulce o desesperante sobre todo cuando es continuo.
Los puedes encontrar, arriba, abajo, trepados, colgados, encima, o de cabeza.
Su mamá siempre es la mujer más bonita del mundo, posiblemente su novia y lo mas seguro es que ya le hayan propuesto matrimonio.
Su papá, es fuerte y guapo; sobre todo si tienen cuatro años y un listón de color rosa en el cabello.
Confían en Santa Claus, los Reyes Magos y el Niño Dios en la navidad y esperan cuando se les cae un diente, un ratoncito que llegará a traerles una moneda o un billete a cambio.
Son el orgullo de los papás, el dolor de cabeza de los adolescentes, la complicidad irresponsable de los abuelos, la adoración de las tías y la pesadilla de los cachorros de casi cualquier especie.
Vestidos de cualquier manera, con la cara sucia, los zapatos desabrochados, la camisa desfajada, el suéter embarrado de cualquier sustancia pegajosa y los cabellos despeinados son encantadores.
Opinan sin prejuicios, en voz alta, sin sonrojo, aunque los padres, busquemos algún sitio donde ocultarnos para que no sepan que esa cosa que habla es nuestra, luego, empezamos a tartamudear.
Adoran quitarse los zapatos, correr por la casa en calcetines y brincar sobre las camas y los sillones aunque no necesariamente en ese orden.
Siempre encontrarán divertido, pasar por debajo de la sillas, de las mesas, de los arbustos, entre las rejas, esto último peligroso hasta que atoran la cabeza y lo dejan de hacer.
Le temen a la oscuridad, a los fantasmas, a las arañas, a las viborotas a los perros que les ladran y a las brujas.
Desconocen la hipocresía, la simulación, el rencor, el doble sentido, leer entre líneas y las luchas de poder.
Pueden adaptarse, compartir, jugar, y entenderse con el resto de los que son de su edad.
Aman el sol, la lluvia, la brisa, el amanecer, los arroyos, el mar, los charcos, el pasto, la tierra y el lodo.
Pueden convertir cualquier trozo de madera en una espada intergaláctica, una caja de cartón o el cesto de la ropa sucia en nave espacial, en barco o en carro.
Si pierden en el juego, posiblemente hagan berrinche o pidan la revancha, pero nunca se cambiarán de partido, son fieles a sus principios.
Sus frases favoritas son Mamá, Mamá, Papá, Papá.
Quiero un dulce, no me gusta la cebolla, juega conmigo, cuéntame un cuento... fulanito o fulanita me está molestando..
Mamita, te quiero mucho, Papito, te quiero mucho.
Feliz día del Niño.