El viernes pasado fuimos testigos de un conflicto entre policías federales y municipales, derivado de la estupidez y prepotencia de los primeros, que sumados a la amenazas de sus jefes son una vergüenza para los mexicanos.
Presuntamente los agentes de la PGR realizaban una investigación de rutina que involucró la detención de un primer sujeto para el cual presuntamente existía una orden de aprehensión, pero que señaló como parte del conflicto a otra persona que resultó ser un bombero.
Los Federales, fueron a detener al segundo, aunque sin la respectiva orden judicial lo que derivó en una persecución policiaca, por calles del centro de la ciudad a toda velocidad en la que se sumaron otras corporaciones porque todo indicaba que se trataba del secuestro de un civil, por un grupo armado o un posible levantón.
Todo lo indicaba que eran secuestradores, que luego resultaron ser federales (no es sinónimo para los malpensados) mismos que viajaban en un pick up, armados, sin placas, y que de acuerdo a la ley, valga la redundancia, es ilegal.
Los agentes Municipales, Ministeriales y Estatales Preventivos, se coordinaron de inmediato para rescatar a las víctimas. No iban para detener a policías, ellos “atoraron” en la Reforma a tres delincuentes, que se comportaban como delincuentes, que parecían delincuentes y que resultaron ser de la PGR.
El saldo tres unidades chocadas dos patrullas y un camión de agua.
Los policías que los detuvieron los bajaron por la fuerza, diría alguien con “uso excesivo de la fuerza” lo cierto es que no se disparó un tiro y salvo algunos raspones y el show posterior de un federal que se quejaba de dolor en la espalda, fueron segundos lo que ocuparon los oficiales uniformados para someter a los que no llevaban uniforme y que resultaron federales.
En ese momento, aun desconocían que eran federales, no se habían identificado, estaban armados y llevaban a dos sujetos esposados sin orden una justificación oficial.
O sea: parecían patos, caminaban como patos, hacían como patos pero resultaron ser sapos disfrazados.
Los llevaron a las instalaciones de la policía en la Estación de Novena y Espinoza, donde se confirmó que eran federales porque el Subdelegado en Ensenada ya se los había dicho, lo cual no eximía a sus AFIS, Federales o como se llamen con el cambio de administración, de todos los estropicios causados y de las leyes violadas.
Seguridad pública blindó las instalaciones ante el temor fundado de un ataque, solo similar al blindaje que se hizo durante la detención de El Mayelito en el año 2000, cuando los agentes cercaron la zona y luego los soldados, por el riesgo de un ataque de narcotraficantes.
Los policías esperaron hasta que se dio la orden de liberar a los sospechosos lo que se hizo alrededor de las 22:00 horas, se sabe ahora que luego de la amenaza del Delegado de la PGR que defendió a sus agentes por encima de la ley.
Se le olvidó que sus agentes pudieron identificarse, decir que eran lo que luego resultaron ser y evitar por su prepotencia poner el riesgo a los automovilistas, a los transeúntes a los policías de las otras corporaciones y a ellos mismos.
En los hechos, si bien se violaron varios artículos de la Ley de Servidores Públicos, los daños fueron simples, choques que se resolvieron en pocos minutos sin que se metieran los policías, fue entre aseguradoras.
Sin embargo, la sensación de impotencia, de coraje es para quienes detuvieron a los malandros con placas, y los tuvieron que soltar sin ninguna sanción evidente.
Ahora hay un intento de linchamiento hacia los municipales y los Estatales que los detuvieron, por “uso excesivo de la fuerza”. Contra el Alcalde que amenazado, decidió soltarlos antes que poner en riesgo a los agentes y a los vecinos de la estación policiaca, que incluye casas, comercios, bomberos, panadería, licores, centro comercial, gimnasio y mucho más.
Sin embargo, en este asunto el problema es mucho mas grave, tiene que ver con una historia de la PGR en Ensenada que por décadas ha hecho y deshecho, por lagunas legales que generaron las mismas autoridades con la complicidad de sus jefes, si no, recuerden al Jefe de la PGR que por extorsión detuvo la PEP y luego fue liberado.
Pero sobre todo de la falta de compromiso de la PGR con los Ensenadenses para sancionar a sus agentes, por los desmanes que provocaron, por prepotentes en algo, que bien pudieron evitar con una sola acción. Coordinación, algo que la PGR por conveniencia económica nunca ha realizado.
P.D. Y sobre los municipales, estatales preventivos y ministeriales, ellos solo hicieron su trabajo.
P.D. A ver cuanto tiempo tarda la venganza y contra quienes será.
P.D. Y no es el regreso del PRI, en la PGR no se ha dado nunca una limpia real, si se hubiera dado, habría una cárcel especial muy, muy grande.