Los pelos de la Mula y la ratonera.

Nota publicada el 10 de febrero de 2006
por Elizabeth Vargas

El atentado al Diario ‘El Mañana” de Tamaulipas mas que un mensaje de intimidación a la prensa, debe ser tomado como un recordatorio serio de que las autoridades y la sociedad no estamos haciendo nuestro trabajo.

Desde hacer varias décadas el narcotráfico se ha infiltrado lenta pero inexorablemente en la vida de los mexicanos, si bien inicialmente el que utilizaba marihuana o se sabía que lo hacía era mal vista por la sociedad y rechazado, poco a poco fueron aceptados.

La semana anterior escuche de boca de abogado una frase que me congeló la sangre, se refería a la detención con “un cigarro de marihuana” de un joven pudiente de Ensenada cuya familia para evitar “el periodicazo” pagó 20 mil dólares por la liberación.

La justificación fue simple por parte de quienes escuchaban la anécdota, “nomás era un cigarrito, ¿a quien le hace daño?.

La respuesta es simple... “A todos” el que trae un cigarro, promueve la venta, el que la vende, el cultivo, el que la cultiva tiene que cuidarla y compra y compra y compra lo que tenga que comprar, lo mas barato al parecer son las conciencias de ministerios públicos, policías, jueces y otras autoridades.

De esa forma, de cigarro en cigarro primero, de pastilla en pastilla después, de mordida en mordida luego, primero la marihuana, luego la cocaína, el cristal, el Ice, la heroína, el crack y las pastillas pasaron en México de ser traficadas a ser consumidas por su juventud y sus gentes.

Éramos un país de paso porque los consumidores eran los gringos, y esa fue la justificación permanente de las autoridades, las que en su momento representaron Luis Echeverría, López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo y ahora Vicente Fox.

Ninguno antes, ni ahora frenaron el narcotráfico, por el contrario, la solaparon, la fomentaron, la cobraron con creces y ahora sencillamente se les salió del control, mientras del otro lado de la frontera se criticaba lo poco o mucho que se hiciera en México, haciendo mucho menos de lo que hicieron los mexicanos.

Los funcionarios mientras primero aceptaron el dinero que les daban los pocos narcos que caían para ser liberados y exonerados y lo siguen haciendo.

Sin embargo ahora muchos, ya no liberan a narcos por dinero sino por su propia seguridad, es mejor liberar a un narco, que enfrentar una condena mortal, “ellos si matan”.

Pero en este asunto nosotros como sociedad no estamos exentos de culpa, todos o casi todos, conocemos a alguien que usa drogas, sabemos donde la venden, nos hemos opuesto sistemáticamente a que a nuestros hijos se les practique doping en las escuelas o se les revise la mochila.

Hemos permitido que a nuestra casa entren los amigos o las amigas de nuestros hijos pese a que se nos ha enterado que usan droga e incluso mas de uno hemos permitido que nuestros hijos, nuestros sobrinos, se suban a los vehículos de personas que sabemos usan o venden enervantes.

¿Y alguien ha denunciado al amigo de su hijo? .

Por otro lado, el país queramos o no, ya tiene una dependencia económica del narcotráfico, forma parte de su economía porque en el cultivo, cosecha, transporte y venta de drogas, se mueven millones de dólares, en un mercado cada vez mas demandante y cada vez mas riesgoso y competido.

Los narcotraficantes compran casas lujosas, carros blindados, armas que ni el ejército tiene porque no las puede comprar, chalecos antibalas, joyas y manda a sus hijos a escuelas privadas Y NO PAGAN IMPUESTOS.

Son aceptados por una sociedad ciega y pusilánime que como en Ensenada se asustó mucho cuando mataron a 17 de un jalón, pero nunca exigió a la PGR resultados, se asustó con el comando negro y con los que de repente levantan para desaparecer permanentemente, pero sigue con las manos cruzadas en su propia casa.

Sin embargo como en el cuento del ratoncito (PD) que les dijo a todos que el dueño había comprado una trampa, todos le dijeron que no era para ellos y lo ignoraron.

Lo cierto, es que México, Tamaulipas, Jalisco, Baja California, Sonora y todos los mexicanos, ya estamos adentro de esa ratonera y el que puso la trampa, es el único que si esta haciendo su trabajo y solo esta en espera de que caigamos o de plano, cuando le de la gana, simplemente nos agarre.

PD. Un ratoncito se acercó asustado a los animales de la granja para decirles que los dueños habían comprado una ratonera, el pollo, el cerdito y la vaca se burlaron de él y le dijeron que no era su problema, era del ratón porque era una ratonera.

En la noche una víbora entró a la casa y la cola se le quedó atorada en la ratonera, la señora fue a ver si había caído el ratón y la víbora atrapada la picó.

Enferma la mujer recibió tratamiento y mataron al pollo para darle un caldo que había recetado el doctor.

La mujer se murió y para pagar el funeral el granjero mató a la vaca, y en los novenarios para tener que ofrecer mataron al marranito....

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