Los Pelos de la mula de hoy están dedicados a uno de mis “cuates”, uno que seguramente no me podrá leer hoy, porque esta enfermo, en terapia intensiva.
Tiene varios días, así, no se que le pasó, al parecer el exceso de chamba, tensión, y un virus o bacteria terminaron por vencerlo y ponerlo muy, muy enfermo.
Me duele, su familia a la que adora, su esposa una mujer inteligente y fuerte, sus bebés a los que cuidaba como a su gran tesoro.
Su estado de salud, hasta donde me han explicado, es crítico, tanto como para estar en terapia intensiva de donde espero salga pronto.
La enfermedad que lo atacó lo tomó desprevenido, igual que a todos los que por alguna razón terminan hospitalizados, especialmente cuando la edad, te confiere como parte de los privilegios estar sano.
Se por sus amigos, -creo que tenía mas de los que creía- que esta grave, pero que la esperanza de remontar la enfermedad existe.
Hay porque también lo sé, buenos médicos al pendiente de su salud y si a esto se suman edad y ganas de vivir, sus posibilidades son buenas.
Me pudo mucho que precisamente en estas fechas esté enfermo, ningún hospital ni aunque sea de cinco estrellas es el mejor sitio para estar en navidad ni para recibir el año.
Sin embargo confío en que se recupere, por muchas razones, me regalaba los dulces que me gustan, de los cuales siempre tenía en el escritorio, era uno de los que me pasaba correos electrónicos divertidos, huele muy bonito y siempre está de buen humor.
Se que si la libra, que espero así sea, le prohibirán que fume –ya no podré gorrearle cigarros- y lo mas seguro es que deje la chamba donde el exceso de tensión es lo de diario.
Sin embargo a fin de cuentas, lo mas valioso es que regrese con todos los que lo apreciamos, pero muy especialmente con aquellos que lo necesitan y que como muchos de sus amigos, hasta los que presumimos de “ateos” hemos elevado una que otra oración pidiendo por sus salud.